José Cavero – Las dos fotos de la temporada


MADRID, 26 (OTR/PRESS)

La campaña electoral en Euskadi y Galicia llega a su final y habrá podido pasar a la historia como una de las más ácidas y severas de cuantas se recuerden. El ambiente ha sido en buena medida crispado por causa de la que el PP llama «causa general» o conjura del Gobierno y los jueces contra el primer partido de la oposición.

En realidad, la mayor parte de las intervenciones de los máximos dirigentes políticos de los dos partidos en sus mítines desarrollados en ambas circunscripciones se han visto forzados a hacer referencia a esa situación, que José Blanco definió en dos palabras: la caza y el cazo, para referirse al episodio de caza de Bermejo y Garzón, de una parte, y a las presuntas actuaciones de comisionistas próximos al PP que durante una década dirigió Correa, y que la Fiscalía Anticorrupción y Garzón han ido dando a conocer en anticipos de lo que será el auto judicial del controvertido juez de la Audiencia.

Pero en toda esta campaña han sido cruciales dos episodios, o si se me apura, dos fotografías: la de ese episodio cinegético, que ha se cobró pieza con el cese-destitución-dimisión de Bermejo, y el encuentro del dirigente nacionalista Anxo Quintana y un importante empresario gallego, Jacinto Rey, desarrollado en el yate de este último. Curiosamente, las dos informaciones tuvieron idéntico origen, el Grupo Intereconomía, y no hay duda de que han dado muchísimo juego a la Oposición. En cualquier caso, será preciso felicitar a los autores de las dos «primicias informativas» que han forzado a que las atenciones se concentren en esos cuatro o seis personajes protagonistas. Los cazadores Bermejo, Garzón y sus acompañantes, una fiscal y un comisario, y los navegantes Quintana y Rey.

Hay otra fotografía, u otra imagen, extraordinariamente potente en este final de la campaña: la del ciudadano que arremete, con una maza, contra las instalaciones de una Herrikotaberna Batasuna en Lazkao, tras haber comprobado que su vivienda había sido «víctima», a su vez, de un ataque terrorista. Hay coincidencia general en todos los dirigentes políticos que se han visto en la necesidad de comentar este episodio: nadie se atreve a justificarlo, pero sí se explica y se entiende. Posiblemente haya ido un pelín más allá la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, al valorar elogiosamente la valentía del joven atacante, y anteriormente atacado por los violentos.

Por lo demás, no hay duda de que Garzón se ha convertido en «bestia negra» y «Lucifer con cuernos» para el PP por causa de las investigaciones que realiza sobre la trama de los «organizadores de eventos» de instituciones y organismos del PP. Las sucesivas filtraciones del contenido del auto judicial han tenido en ascuas, desde el primer momento, a la dirección del PP, que ha llegado a defenderse con ataques no menos extraordinarios, por entender que se está intentando terminar con la fama y honor del partido, por causa de las prácticas de los «comisionistas» de Correa y sus presuntos aliados y colaboradores en el partido. Y, particularmente, en época electoral, cuando se supone que la ciudadanía está particularmente atenta a lo que hacen los partidos…

La filtración de contenidos de esas investigaciones judiciales han deteriorado gravemente el ambiente político y está por ver en qué medida ha erosionado también el prestigio del famoso juez «que veía amanecer», y que en la última semana se ha visto alcanzado por el efecto del acoso y la tensión acumulada…

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