MADRID, 28 (OTR/PRESS)
Aunque, en teoría, quienes se la juegan en Galicia y Euskadi son los candidatos de sus correspondientes partidos, el PP y el PSOE, nadie duda de que también los máximos dirigentes de ambas formaciones se juegan mucho en estos comicios en que se renuevan los correspondientes parlamentos regionales. Zapatero y Rajoy, o Rajoy y Zapatero, han dedicado muchas horas a estar presentes en mítines de las dos circunscripciones territoriales en apoyo de «los suyos»…, y de sí mismos, naturalmente. ¿Quién se juega más? Ambos tienen mucho que ganar o perder en las urnas de este domingo, sin duda.
A simple vista, parece arriesgar más Rajoy, que tiene serios problemas en su partido, por razón de las dos tramas de corrupción reveladas en el último mes en Madrid: Los espías de Aguirre -o sus alrededores-, y los comisionistas de Correa. El máximo dirigente del PP de Madrid ha actuado, en Madrid o en Valencia, del mismo modo: animando a todos a unirse en piña «porque nos atacan y quieren acabar con nosotros» el Gobierno y los jueces al mismo tiempo. Rajoy, de este modo, con la teoría de la conspiración, ha ganado algún tiempo, e incluso ha obtenido alguna victoria como la destitución del ministro Bermejo y desacreditación pública del juez Garzón. Ha comprobado, una vez más, que no hay mejor defensa que un buen ataque. Pero si los resultados no le resultan favorables, sobre todo en Galicia, verá nuevamente cernirse sobre él la duda de si es el líder más aconsejable para el momento más crucial del partido que preside.
En Euskadi también serán importantes los datos, si se tiene en cuenta que Rajoy «laminó» a María San Gil del liderazgo, e impidió que Mayor Oreja o Iturgáiz participaran en la campaña. En Galicia se juega aún más por su propia implicación en la campaña y porque, como gallego ejerciente, ha sido artífice principal de la severísima campaña contra los gobernantes de PSG y BNG, a quienes ha atacado repetidamente por sus presuntas irregularidades, abusos, ineficacia…
En cuanto a los socialistas, siguen confiados en que Patxi López conseguirá suceder a Ibarretxe en Ajuria Enea, aunque a continuación se le abra la grandísima cuestión de «con quién gobernar», en quién apoyarse… Pero eso es ya «cuestión postelectoral»… Del lunes y semanas siguientes.
Resulta evidente que tampoco Zapatero pasará una jornada tranquila hasta conocer los resultados de las urnas. También es mucho lo que se juegan él y su partido. Entre otras cosas, porque en las últimas semanas, ha procurado «distraerse» de la severísima crisis con los problemas internos del PP y con la defensa de sus candidatos en Galicia y en Euskadi. El PSOE se juega mucho en ambos escenarios: el Gobierno y con quién, en cada caso… Los últimos días dejaron remanifiesto que en Galicia todo estaba «muy ajustado», es decir, que el PP no descartaba llegar a los 38 diputados que le devolverían el Gobierno que han ejercido PSG y BNG en la anterior legislatura. Sería un castigo muy severo, y una forma evidente de proclamar que la unión de Touriño y Quintana no ha satisfecho a los gallegos, o que se han visto convencidos por una campaña de muy graves denuncias de irregularidades y abusos. Claro que, en tal hipótesis, habrá perdido Touriño, pero también Zapatero se verá mermado en su liderazgo nacional. Perder un Gobierno regional «en tiempos de grave crisis» sería para Zapatero un descrédito importante. A lo mejor resucitaba alguna línea crítica con su forma de gobernar en el seno del PSOE, algo inexistente desde hace algunos años…
JOSE CAVERO
