MADRID, 27 (OTR/PRESS)
El 1 de marzo los ciudadanos vascos se juegan buena parte de su futuro, peor no solo el de ellos, también el del resto de España. Porque la realidad es que lo que sucede en el País Vasco afecta de manera especial al resto de España.
El País Vasco puede optar por dar un paso adelante apostando por el cambio o puede seguir instalado en esa comodidad que no les hace ir ni para adelante ni para atrás. Es verdad que en el País Vasco hay mucha, muchísima gente que vive muy bien. Son nacionalista o están en la órbita del nacionalismo y bajo ese paraguas no tienen más problemas que los cotidianos. Luego están el resto de los vascos, los que quieren y sienten a su tierra tanto como los primeros pero no hacen de ello una ideología excluyente. Y esos vascos lo pasan mal porque no tienen el mismo grado de libertad que los nacionalistas, porque saben que están en el punto de mira de los terroristas. Sobre todo lo pasan peor quienes no son nacionalistas y viven en pueblos donde se conocen todos.
En mi opinión el País Vasco necesita un cambio que remueva los cimientos de la sociedad, y ese cambio hoy por hoy solo lo puede pilotar el Partido Socialista de Euskadi. Patxi López no lo tiene fácil, peor aún así debe de intentar gobernar, y hacerlo sin complejos aún en caso de que necesite apoyos para hacerlo. Lo que no debe es renunciar a ser lehendakari, porque un gobierno que siga pivotando sobre el PNV aun con participación socialista, sería más de lo mismo.
¡Ojalá el domingo los ciudadanos vascos decidan abrir ventanas y puertas y dejar que entre un soplo de aire fresco y optar por el cambio que saque a ésta Comunidad de su propio ensimismamiento y la haga solidaria y amable con el resto de las Comunidades Autónomas, es una opción que todos estamos esperando.
