MADRID, 1 (OTR/PRESS)
El desarrollo de los dos escrutinios, tanto en Euskadi, iba proporcionando novedades significativas, que rompían las impresiones iniciales. El cambio en los dos escenarios se iba profundizando y consolidando, y nada parecía ya que fuera a continuar igual que estaba antes de estos comicios: En Galicia, avanzaba la candidatura de Núñez Feijoo a la presidencia de la Xunta y del PP a la mayoría absoluta, al rebasar los 38 escaños del punto crítico. Definitivamente, el PP y Rajoy se apuntaban este tanto por el que habían luchado denodadamente en la campaña.
Era muy distinta la foto final que nos iba proporcionando el otro escenario, en Euskadi, donde el sustancial avance del partido socialista no tenía efectos en el previsible vuelco electoral que pudiera producirse en Ajuria Enea. En el palacio presidencial, eso sí, pudieran cambiarse los socios del PNV de Ibarretxe, y llegaría al Gobierno Aralar, una de las siglas indudablemente victoriosas es estas urnas de marzo. Aralar, vieja escisión de Batasuna, es muy probable que tenga lugar en el equipo del renovado lehendakari, en el que podrían continuar los anteriores socios nacionalistas, aunque reducidos en número. A Eusko Alkartsuna no le fue bien su independencia del PNV, y tampoco marcharon bien las cosas para la IU de Madrazo.
Pero las dos fuerzas, con la mencionada de Aralar, sumarán un gobierno plenamente nacionalista para mantener en la oposición a socialistas, populares -muy en baja- e incluso al partido de Rosa Díez, que parece estrenarse en el parlamento vasco.
O sea, que hay novedades, y de gran relieve, como efecto de las elecciones de este domingo.
José Cavero
