José Cavero(4) – Sorpresas para todos


MADRID, 1 (OTR/PRESS)

Finalmente, los escrutinios, que en un primer momento señalan pocos o acaso ningún cambio sustancial en los dos escenarios electorales del 1-M-09, modificaron finalmente el panorama anterior tanto en Galicia como en Euskadi. Sobre todo en Galicia, donde Pérez Touriño, en torno a las diez de la noche, llamaba a su adversario, Núñez Feijoo, para felicitarle por su triunfo y desearle feliz gobierno.

También quedaba abierta la posibilidad de que se produjera cambio en el primer gobernante en Euskadi, por la mínima mayoría de los no nacionalistas vascos. La suma de un PSE reforzado, más el PP en baja y la aparición en escena del partido de Rosa Díez pudieran constituir un gobierno, finalmente, no nacionalista. Pero tampoco fácil de constituir. Por e contrario, el PNV de Ibarretxe pudiera sumar a sus votos nacionalistas los de Aralar, y los de los dos anteriores socios de su Gobierno, EA y EB, muy disminuidos en sus fuerzas. De hecho, el Parlamento vasco ha visto una modificación sustancial, con la eliminación de los batasunos-etarras y su sustitución parcial por Aralar, una fuerza escindida en su día de Batasuna, pero radicalmente contraria a cualquier empleo de violencia como arma política.

Los dos dirigentes del PNV, Urkullu e Ibarretxe ofrecían un aspecto poco feliz al ofrecerse a mantenerse en el poder pactando «con quien pueda ser», el Gobierno futuro… De manera que tenemos cambio profundo en Galicia y eventual cambio también en Euskadi, aunque este último supeditado a unas negociaciones que no resultarán sencillas. En Galicia, los socialistas y Touriño pagan la factura de la crisis económica, pero también de un Gobierno de socialistas y nacionalistas insuficientemente capaz y severamente atacado por sus presuntas corrupciones y desmanes en gastos.

Zapatero sufre un severo traspiés con la pérdida de esta Comunidad. Se implicó tanto como Rajoy, pero éste ha tenido un resultado mucho mejor, hasta el punto de que ha podido dejar atrás un cierto debate interior por la aplicación de un liderazgo que le ha sido discutido de manera permanente, aunque tiene aun ante sí las dificultades que plantean las tramas interiores del espionaje de Madrid y de las tramas de Correa. Feijoo era un personaje feliz y emocionado, de aspecto muy distinto al que había ofrecido Touriño. Era el más claro vencedor de la jornada electoral.

En cambio, en Euskadi, no habrá un claro y definitivo vencedor que pueda alzarse con el Gobierno hasta que las negociaciones no concluyan. Aun puede suceder cualquier cosa: Seguir Ibarretxe o llegar Patxi López, el otro indiscutible vencedor del 1-M.

José Cavero

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