MADRID, 3 (OTR/PRESS)
Cada vez que se publican las cifras del paro nos sobresaltamos. Ya casi son tres millones y medio los ciudadanos que se han quedado sin empleo y lo peor es que la sangría va a continuar. En situaciones así, todas las miradas se clavan en el Gobierno a la espera de soluciones, aunque éste no tiene una varita mágica para disipar el fantasma de la crisis. Lo que le reprochan al Gobierno, tanto los sindicatos como partidos políticos y organizaciones sociales, es que no sea más audaz a la hora de poner en marcha medidas para paliar los efectos de la crisis e intentar frenar el desempleo.
Lo que es evidente es que el Gobierno tiene que hacer algo o al menos convencer a los ciudadanos de que las medidas que va adoptando van a rendir réditos, en definitiva que vamos a salir de esta situación. Y no se trata sólo de palabras, sino de ser capaces de infundir confianza y eso, desafortunadamente, es algo que el Gobierno Zapatero no está sabiendo hacer. Por más que el presidente se empeñe, la imagen de su Gobierno es la de un gobierno sin la fuerza necesaria para hacer frente a una situación como ésta.
En mi opinión, el fracaso electoral del PSOE en Galicia tiene mucho que ver con la crisis económica, de manera que el presidente Zapatero debería de tomar nota. Porque siendo verdad que el bipartito formado por el socialista Pérez Touriño y el Bloque han provocado un profundo desencanto porque no han gobernado bien, también son evidentes los estragos de la crisis. Cerrar los ojos a ésta realidad no ayudará a poner remedio a los problemas.
El presidente Zapatero aún tiene mucho crédito y sin duda cuenta con una mayoría de ciudadanos que confían en él, pero según avance la crisis y vaya dejando víctimas éste crédito decrecerá. Por eso Zapatero necesita hacer algo ya, y ese algo, ya digo pasa en primer lugar por tener un gobierno fuerte y consistente que ofrezca confianza. Casi tres millones y medio de parados es una cifra como para echarse a temblar.
