MADRID, 9 (OTR/PRESS)
Con toda probabilidad, esta semana puede ser crucial para la formación del nuevo Gobierno en Euskadi tras las elecciones del primero de marzo. Para hoy estaba previsto que se completara el primer turno de consultas del PNV, que ha mantenido con las restantes fuerzas políticas y a la que sólo faltaba el PP. Hoy tuvo lugar esa conversación y no se excluye que el PNV quiera mantener algunos contactos más. Pero todos sabemos ya cuáles son los propósitos del PSE, decidido a constituir un Gobierno que contará con el «apoyo externo» explícito del PP…
Propósito que dejará fuera del Gobierno, por vez primera en tres décadas, al PNV… Repito: No es improbable que el PNV haga nuevos esfuerzos por sumar al PSE a su propósito de seguir gobernando Euskadi, incluso ofreciéndole la «lendakaritza»… Pero ya todo parece negociado para que se sumen los 25 escaños del PSE y los 13 del PP, para constituir un gobierno «de cambio». Hoy mismo, Antonio Basagoiti insistía en la necesidad de que se produzca ese cambio en Euskadi aprovechando la mayoría de socialistas y populares, 38 escaños de los 75 del parlamento renovado. Pero sin frentismo, sin constituir un gobierno «contra el PNV», aunque sí, con nitidez y sin ambigüedades, contra ETA… El PP vasco no está dispuesto a salir de la escena tras la investidura, insiste también el líder del PP vasco. Está decidido a tener el protagonismo actual, que hace muchísimo tiempo que no tenía. «Tenemos un tercio del respaldo al cambio y queremos coprotagonizarlo», ha explicado.
Ahora se ha contado que el PSE se había citado en secreto con el PP antes de reunirse con el PNV, la semana pasada. Quería ir con los mejores datos a la oferta que le harían Urkullu e Ibarretxe y, en ese sentido, dos delegaciones tantearon en Bilbao las vías de acuerdo. De manera que una vez que Urkullu se vea hoy con Basagoiti, esta misma semana los socialistas abrirán ya formalmente la ronda oficial de contactos.
Como señalan algunos analistas, Zapatero está ligando su futuro al éxito de Patxi López, al fijar como primer objetivo consolidar el cambio en Euskadi. El jefe del Ejecutivo es consciente de que si fracasa ese propósito, se juega su gobierno y señala como fundamental el combate social contra el terrorismo. Por su parte, y de manera coincidente, Patxi López define uno de sus propósitos: acabar con los espacios políticos que hagan apología de ETA. Hay otras declaraciones, del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, que insisten en su idea de poner trabas al Gobierno con el PP. Proclama Urkullu que «ya hay rumores de que los socialistas están recomponiendo puentes con Batasuna», dice malévolamente,… Y sigue amenazando: «Habrá una clara regresión en el autogobierno con el pacto PSE-PP. No tienen proyecto de gobierno, sólo un objetivo de Estado: desalojar al PNV». Luego, Urkullu hace frente a las acusaciones que él y su partido han merecido en las últimas semanas y afirma que el PNV sabe perder. «Nuestro historial democrático ha quedado acreditado. En política, la frontera entre ser bueno y ser tonto es muy difusa», declara también a El Mundo.
Pero nadie duda de que Euskadi pasa a ser -si alguna vez no lo fue- un escenario endiablado y que acaso estemos ante una legislatura vasca problemática, crispada y tal vez corta… Dependerá de la habilidad del inquilino socialista de Ajuria Enea. Patxi López, por cierto, reserva la crucial cartera de Interior a Rodolfo Ares, su número dos, y pretende mejorar la contribución de la Ertzaintza a la lucha contra ETA. En esta materia es fácil que se produzcan sustancial y muy ventajosos cambios. Por ejemplo, se ha relatado que en el reciente ataque de Lazkao la policía vasca dejó pasar a agentes de otros cuerpos justo antes que a la prensa… Los penúltimos invitados a la escena del crimen. La confianza y colaboración de Ertzaintza y Fuerzas de Seguridad del Estado no han sido, hasta la fecha, las mejores. Eso debiera empezar a cambiar, como tantas cosas más.
