MADRID, 10 (OTR/PRESS)
Saber ganar es fácil, pero saber perder es mas difícil, sobre todo saber perder con elegancia. Y a la gente, y no digamos a los partidos también, se les conoce por como reaccionan en ambas circunstancias. El PNV ha gobernado el País Vasco durante muchos años sin que nadie haya cuestionado su legitimidad para hacerlo, pero ahora las urnas han arrojado unos resultados que permiten la posibilidad de que se forme un gobierno en torno al Partido Socialista y esta posibilidad está sacando de sus casillas a los dirigentes peneuvistas.
Es verdad que el PNV ha obtenido más escaños y votos que el PSE, pero no los suficientes para gobernar en solitario, y quienes pueden ser sus socios tampoco tienen escaños suficientes para ayudar al PNV a seguir gobernando. Sí lo puede hacer el PSE con Patxi López al frente, y la posibilidad de que esto sea así está sacando el lado oscuro del PNV.
La última maldad es la lanzada por el líder peneuvista Iñigo Urkullu sugiriendo que los socialistas ya están hablando con Batasuna. Lo dicho por Urkullu tiene un objetivo concreto: dinamitar el posible acuerdo de los socialistas con los populares para gobernar el País Vasco y dañar al PSOE en el resto de España. Esta afirmación de Urkullu es una insidia, salvo que la pueda demostrar. Urkullu tiene que demostrar que los socialistas están tomando el pelo a los votantes vascos y a los votantes del resto de España o, por el contrario, la insidia se volverá en su contra.
Creo que a estas alturas Patxi López debe de ser más que consciente de que no se puede permitir ninguna veleidad con Batasuna y que los ciudadanos le han dado una oportunidad única para demostrar que hay otra manera de gobernar pegada a la realidad de la sociedad vasca, respondiendo a las demandas de los ciudadanos para hacer posible que el País Vasco sea un marco de convivencia, donde todos disfruten de libertad.
Si Patxi López estuviera hoy hablando bajo cuerda con Batasuna estaría traicionando a sus electores, y que quieran yo no me lo creo. La alternancia en el poder es uno de los pilares de la democracia, de manera que el PNV por más que le duela, tiene que aceptar democráticamente que los ciudadanos vascos han votado de manera que pueda conformarse otro gobierno en el País Vasco. Estar en la oposición es parte del juego democrático y al PNV, previsiblemente, le toca ahora estar en la oposición, y todos esperamos que sepa estarlo de la misma manera que ha sabido ejercer el poder durante tantos y tantos años. La reacción del PNV hace aún más urgente esa necesidad de cambio en el País Vasco.
