MADRID, 11 (OTR/PRESS)
Dan juego, mucho juego parlamentario, las preguntas que se intercambian Rajoy y Zapatero, de un lado, y Soraya Sáenz de Santamaría y Teresa Fernández de la Vega, de otro lado, cada miércoles por la mañana en el Congreso en las sesiones de control del Gobierno. De hecho, suspendidas estas sesiones por la campaña de las elecciones gallegas y vascas en las últimas semanas, se venían echando de menos…
La de este miércoles daba comienzo con la queja del portavoz del PNV, Josu Erkoreka, por lo sucedido en las elecciones vascas. Se mostró dolido probablemente por la nueva situación en que se encuentra el PNV, a punto de verse desplazado del gobierno, pero se quejó en concreto de que hubieran sido eliminadas las listas probatasunas favoreciendo de este modo la opción del PSE. Zapatero le responde que no habla con sinceridad ni capacidad de convicción. «Ni usted se cree lo que dice», le reprochó el presidente.
Luego ya se entra en materia, con los dos rifirrafes ya clásicos de cada miércoles: Rajoy contra Zapatero y Soraya contra De la Vega. El primero interviene para reclamar información sobre los efectos que están teniendo, contra la crisis, las medidas adoptadas por el Gobierno. Zapatero recuerda, en primer lugar, que nos hallamos en la crisis más grave y sin precedentes tras la II Guerra Mundial y enumera: hemos sostenido el sistema financiero con medidas de apoyo para créditos a empresa y familias, apoyamos a empresas, familias y autónomos con créditos ICO de los que ya se benefician 56.000 empresas, menciona el fondo de obra pública por 10.000 millones, ocho mil de ellos en ayuntamientos, que tendrá efecto en las próximas semanas, el plan de apoyo al automóvil por 4.000 millones y la protección del desempleo con nuevas medidas, así como la bonificación para crear empleo. Termina diciendo que todos los recursos están empleándose para frenar la crisis y afrontar una recuperación que permita recuperar empleo, «a pesar de su escasa ayuda, señor Rajoy».
Rajoy, replica: eso está muy bien, pero tenemos más paro que nadie, ha empeorado el diferencial con el bono alemán, la calificación de nuestra deuda, la confianza de los consumidores y los ciudadanos en general… Y reclama un cambio radical con liderazgo, confianza, con otros Presupuestos, otra fiscalidad y reformas estructurales, cambiando el equipo económico y al Gobierno, al menos en su mitad… No podemos aguantar mucho tiempo más, nos pone a todos en una situación límite, termina diciendo el líder de la oposición. Le responde Zapatero recordando que EE.UU. ha tenido en febrero el peor dato de paro en 60 años o el Reino Unido en diez, o que Francia o Alemania padecen su peor recesión. Por eso, vamos a recuperar y nos esforzamos en recuperar la economía…
El otro asalto corre a cargo de Soraya Sáenz de Santamaría, con preguntas a De la Vega por la opinión de la vicepresidenta sobre un primer año de gobierno «razonablemente positivo», algo que a la portavoz del PP le parece una falsedad, un ataque a la inteligencia y falta se sensibilidad. También menciona el fracaso de la cifra del paro y pregunta qué hay de positivo. De la Vega entiende como razonablemente positivos las medidas que se vienen adoptando para reactivar la economía y crear empleo. Trabajamos con los agentes sociales, decidimos el destino de millones para recuperar la liquidez de las empresas,… Y replica ¿qué hacen ustedes? Se limitan a decir que todo está muy mal, con mucho jaleo y muy poco provecho…
Soraya insiste: lo decimos porque va todo va muy mal, lo decimos la mayoría de los españoles, vaya a cualquier bar y escuche lo que dice la calle. No basta con llamarse socialista. Hacer política social es crear empleo. No basta con decir que el problema llega de fuera y la solución también llegará de fuera. Se están quedando solos, dice antes de referirse a las elecciones gallegas, donde el ciudadano dijo no al despilfarro, no a ZP, no a Touriño, sí al rigor, a la austeridad, a otra forma de gobernar. Los gallegos, termina SSS, han sido los primeros en decir sí al cambio.
De la Vega menciona los gobiernos del PP en Madrid y Valencia, donde no se produce ni una sola idea para mejorar la vida de los ciudadanos. En Galicia hay democracia, en Valencia hay corrupción, proclama la vicepresidenta. No tienen ideas ni en Madrid ni en Valencia, no echan una mano, pero ponen zancadillas y están padeciendo el síndrome de don Pelayo, han iniciado la reconquista. «Tranquilos, que las cosas no van por ahí. Mientras el Gobierno se esfuerza en resolver los problemas de los ciudadanos, ustedes resuelven los suyos» y aconseja tomar «algún antitérmico para que fluyan las ideas y eviten alucinaciones»…
