José Cavero – El sastre de Camps cobraba en billetes de 500 euros


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

¿Y ahora, qué podrá decir Camps? Las declaraciones que efectúa hoy al diario El País su ya muy famoso sastre, José Tomás -confundir con el torero del mismo nombre- expresan con todo detalle el tipo de regalos en trajes, pantalones, chaquetas y esmóquines que recibió repetidamente el presidente de la Comunidad Valenciana, pese a las rotundas y reiteradas negativas de éste, la última de las cuales de manera tajante «yo me pago mis trajes».

¿Quién miente, Camps o Tomás?. En los últimos días había quedado esa duda en el ambiente político, y cabe suponer que el juez Garzón era el primer sorprendido y confuso: en todos los restantes casos, el presunto implicado y beneficiario de los «favores de Correa» y sus compañías, optaba por dimitir y callar. No había opción a la defensa. En el caso de Camps, -no hay duda de que se trata de «la principal pieza» de las de esta «cacería»- el juez no acertaba a explicarse qué estaba fallando, porque él tenía constancia, en documentos y testimonios, de que el presidente de la Comunidad Valenciana había sido objeto de regalos de los comisionistas de Correa y su socio valenciano Alvaro Pérez «El Bigotes».

Pero Camps había echado toda la carne en el asador, y había comprometido en su defensa al presidente del partido, Rajoy, a su secretaria general, Cospedal, a la portavoz parlamentaria Sáenz de Santamaría, al portavoz González Pons, al vicepresidente del Consejo del Poder Judicial. Todos y cada uno habían puesto su mano en el fuego por la honorabilidad de Camps, y a todos resultaba inamisible que autoridad tan relevante se mantuviera en su mentís total. Y probablemente por esa razón, a la vuelta de su reciente viaje, y ya prolongando el tiempo para entregar toda la documentación a los tribunales Superiores de Madrid y de Valencia, el juez Garzón quiso «remachar» la faena, reclamando al sastre para una nueva comparecencia, por si algún detalle no estaba suficientemente comprobado. Pero José Tomás, el sastre, se reitera en sus explicaciones, y proporciona detalles y precios de cada uno de los trabajos que pasaron por sus manos y llegaron seguidamente a Camps, y cuyas facturas pagó algunas de las empresas de Francisco Correa y Alvaro Pérez, «El Bigotes».

¿Seguirá insistiendo en su planea inocencia el presidente de la comunidad valenciana, o se encomendará ala amistad íntima que ha manifestado que tiene con él el presidente del TSJ de País Valenciano, José Luis Rúa? Ciertamente, al PP no le complace, en absoluto, que Garzón haya «metido mano» en este asunto, y van a insistir en que el caso se le quite por completo, pese a la autorización que el juez obtuvo para seguir investigando los montones de documentos que le hicieron llegar la Fiscalía Anticorrupción y la policía. Piensan en el PP que Garzón es un juez «adversario» y que peleará todo cuanto esté en su mano hasta que se demuestren y hagan pagar las «fechorías» que aparecen en los papeles de Correa y sus socios. Otra cosa parece no menos cierta, conforme viene declarando Rajoy: De momento, no parece que el PP se haya beneficiado de esos pagos de Correa y «El Bigotes». Al PP, aunque alguna afirmación hay en ese sentido, no le llegaban esas «dádivas», pero sí a ilustres personajes del PP como los ya mencionados y conocidos: Camps, López Viejo, Sepúlveda. Aquellos de quienes dependía la concesión de «los eventos del PP», por cuya preparación percibían importantes beneficios. Precisamente por esta circunstancia, al PP debiera interesarle más que a nadie librarse de estos elementos corruptos, en su militancia y en los cargos que la mayor parte siguen ejerciendo: dimiten pero, sorprendentemente, siguen siendo concejales, diputados.

JOSE CAVERO

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