Fermín Bocos – La orquesta del «Titanic».


MADRID, 17 (OTR/PRESS)

Para el grueso de los españoles, la recesión económica es fuente de todo tipo de problemas, pero la angustia ante el presente y la incertidumbre ante el futuro, no está repartida por igual. Todos somos iguales, pero, como ya sabíamos por el clásico, algunos lo son más que otros. Ahí están, pongo por caso, los 479 importantes ejecutivos de las 35 empresas que forman parte del «Ibex» quienes, pese a la mala marcha de sus respectivos negocios, no han tenido empacho en aumentarse el sueldo hasta un 11 por ciento -se repartieron 350 millones de euros-.

El incremento supone un buen pellizco: alrededor de 730.000 euros por cabeza. Una mejora que contrasta con las pérdidas de las empresas que gestionan que, por término medio, han registrado una caída de beneficios de un 14 por ciento. En un sistema de mercado libre, cada empresa hace y deshace con arreglo al criterio de quienes la dirigen, pero quienes toman las decisiones no deberían olvidar que la codicia que aparejan ciertos excesos alimenta el resentimiento de los damnificados por la crisis.

La falta de sensibilidad que acreditan quienes siguen bailando cuando tanta gente se ha quedado fuera de la fiesta, y ni ha cenado ni sabe sí podrá hacerlo, recuerda a los músicos de la orquesta del «Titanic». También ellos se dejaron llevar por la magia del vals contemplando con indiferencia las escenas de pánico que preludiaban el naufragio.

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