Julia Navarro – Escaño Cero – La soledad del Gobierno.


MADRID, 18 (OTR/PRESS)

No lo están pasando bien ni el Gobierno ni el PSOE en el Parlamento. Y es que la perdida de apoyos estables hace que cada sesión parlamentaria se convierta en un especie de juego de la ruleta rusa, en la que nunca saben si van a sacar las votaciones adelante o las van a perder.

Eso sí, desde el Gobierno y el PSOE intentan poner buena cara diciendo que no pasa nada, que negociarán proyecto por proyecto para conseguir los votos necesarios. Pero más allá de lo que dicen es evidente que el Gobierno va a tener difícil legislar porque puede ver como algunos de sus proyectos no reciben el visto bueno del Parlamento.

Así las cosas, las minorías nacionalistas se preparan para obtener las máximas ventajas de la situación de debilidad del Ejecutivo. Sus portavoces no ocultan que apoyarán al Gobierno en aquellos asuntos que beneficie a sus comunidades y que ellos puedan vender a sus electores como un logro político, pero nada más. De manera que habrá que estar atentos a cuánto cuesta cada votación que el Ejecutivo no pierda.

Lo que sí parece descartado es que CiU se convierta en socio referente del Gobierno. No tienen nada que ganar y, además, como dicen sus dirigentes, en público y en privado, no se fían de Zapatero. Pero más allá de la confianza están pensando en las próximas elecciones en su comunidad que, según las encuestas, pueden ganar con una mayoría inapelable, algo así a lo sucedido en Galicia con el PP.

No obstante, el Gobierno puede ir tirando al menos hasta finales de año cuando tenga que aprobar los Presupuestos. Ese será un momento clave porque las minorías nacionalistas pueden hacer muy gravoso su apoyo y el Gobierno tendrá que sopesar si puede o no pagar el precio que le pongan.

En todo caso, una situación parlamentaria así es difícil pero no insalvable, se tratará sobre todo de hacer política con letras mayúsculas y, sobre todo, que el portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, demuestre cintura política para tratar y negociar con unos y otros. Aún así, el Gobierno tendrá que ir acostumbrándose a perder votaciones, como ya ha comenzado a sucederle.

Si la crisis se va remontando, la situación será más llevadera, pero si la crisis continua haciendo estragos y las previsiones más catastrofistas se cumplen, entonces al Gobierno la soledad le puede pesar como una losa. El tiempo dirá.

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