José Cavero – El patinazo de la Chacón.


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Son unos cuantos los analistas políticos que han reparado en la ministra Carme Chacón y que la señalan como muy probable causa del resbalón que acaba de tener España con su socio y con sus restantes aliados de la OTAN, por causa del anuncio no suficientemente preadvertido de que la misión española en Kosovo se daba por concluida.

¿En qué medida la decisión es cosa «excesiva» de Chacón? Es evidente, que la ministra es tan sólo la pieza a la que el jefe del Gobierno le da el visto bueno para que actúe y determine, pero es seguro que buena parte de la responsabilidad final es de la ministra. O por lo menos, eso cabe deducir de las informaciones que en las últimas horas han proporcionado la mayor parte de los medios informativos, que han profundizado y seguido al detalle este «resbalón histórico» con la política de Obama, justamente cuando todo parecía indicar que se empezaban a superar los malos tiempos de las relaciones bilaterales entre España y Estados Unidos, que habían comenzado del peor modo posible con dos «detalles» de Zapatero: la retirada de las tropas de Irak y permanecer sentado ante el paso de la bandera y las tropas de EE.UU. en el desfile del 12 de octubre.

Los esfuerzos efectuados en mucho tiempo para subsanar aquellas dos situaciones parecían, finalmente, haber dado su fruto, cuando he aquí que se produce el anuncio de retirada de Kosovo en un plazo de medio año, que enfada en Washington y en Bruselas, capital sede de la OTAN. ¿Cómo pudo haber sucedido esto? Cualquiera hubiera adivinado que a Obama y a Joop de Haap el anuncio no discutido y advertido con anterioridad, le iba a suponer un evidente enfado. ¿Cómo pudo caer en ese error, y en el subsiguiente efecto de que el PP pretendiera apuntarse a la oposición radical a una medida que el propio PP había reclamado reiteradamente?

Son muchos quienes entienden que a Chacón le faltó «fineza», diplomacia, mano izquierda, modales internacionales. Tenía, efectivamente, autorización para proceder a la retirada de las tropas españolas de Kosovo. Pero a partir de esa autorización «del jefe», debía establecerse un calendario, un momento adecuado, una consulta-comunicación previa, a los propios y a los extraños: embajadores españoles, socios de la Alianza. Se hubiera evitado el espectáculo de que los embajadores en Washington y la OTAN desconocieran la decisión, precisamente pocas semanas después de que el ministro Moratinos hubiera defendido en la Alianza la permanencia de las tropas. ¿Cómo pudo llegarse a ese error garrafal de sembrar dudas sobre la fiabilidad de España como aliado? El mismísimo Bernardino León, secretario general de la presidencia, rectificó en EE.UU. a la ministra de Defensa y criticó que sus explicaciones no fueran suficientes.

Algún diario se mofa de «los golpes de efecto de la señora ministra», y señala que la hasta ahora triunfante Carme Chacón ha impulsado su imagen política buscando fotos y titulares que impacten. Hay coincidencia en Moncloa al señalar que Chacón no dio las explicaciones necesarias sobre Kosovo y que pudo evitarse el choque con EE.UU. La ministra Chacón decidió el cómo, el cuándo y dónde se anunciaba el repliegue y no explicó bien la salida de la zona. O sea, un borrón en la hasta ahora brillante trayectoria de doña Carmen…

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