MADRID, 31 (OTR/PRESS)
En plena campaña electoral de las generales de marzo de 2008, Zapatero definió y acusó de antipatriotas a quienes empezaban a decir que la economía española amenazaba con la ruina e iba a vivir un tiempo muy adverso. Entendía Zapatero que eran antipatriotas porque podían desanimar la inversión extranjera y porque la psicología es parte esencial de la opinión: si todos, o muchos, empezamos a hablar de que todo está mal e irá a peor, no hay duda de que así será… Desde entonces, quienes previeron la crisis y que la economía iba a empeorar, echan en cara a Zapatero que en aquellos momentos les llamara antipatriotas.
Ahora, Mariano Rajoy ha hecho su propia definición de que es o considera un antipatriota: sostiene que él mismo sería un antipatriota si apoyara unas decisiones del Gobierno, contra la situación económica, que no le convencen, y en cuya eficacia no cree. Sería antipatriota, dijo Rajoy, apoyar medidas económicas malas para España, es decir, apoyar la política económica que sostiene el jefe del Gobierno Rodríguez Zapatero. Añadió que sólo ofrecería un pacto de Estado para salir de la crisis si se recoge el paquete de medidas del PP y rectifica su propia política, que entiende que es muy mala.
«Estoy dispuesto, y quiero ayudarle, pero no puedo apoyar, porque sería antipatriota, medidas económicas que serían malas para España», dijo el líder de la oposición, anoche, en el programa de televisión «Tengo una pregunta para usted». Rajoy, por cierto, en ese mismo diálogo con los ciudadanos que acudieron a hacerle una pregunta se mostró optimista: siempre hemos salido de las crisis, y también saldremos de ésta… «No se rinda, haga usted un esfuerzo, las cosas van a mejorar», dijo a otro interlocutor que le exponía sus propias dificultades para hacer frente a la situación. Incluso hubo un par de amabilidades con su adversario Zapatero: elogió sus esfuerzos para conseguir un asiento en la cumbre G-20 y manifestó su apoyo al Gobierno para terminar con la banda terrorista ETA.
Apoya explícitamente la estrategia antiterrorista del Gobierno y la del acuerdo al que están terminando de llegar el PP y el PSE en el gobierno de Euskadi. También mostró su apoyo a la decisión de intervenir la caja manchega: los ahorros están garantizados, pase lo que pase, hay que confiar, añadió.
En otro momento de la velada, Rajoy hubo de salir en defensa de su correligionario Trillo: «Por un error, Trillo no debe dejar la política», le excusó, y dijo que ya había pedido disculpas por el Caso Yak 42, y que él mismo, Rajoy, lo pedía. Se producía esta intervención después de conocer que en uno de los túmulos de los 62 militares muertos en aquel terrible accidente contenía restos humanos de tres militares distintos…
Los ciudadanos que participaron en el programa indicaban que habían encontrado a Rajoy «en su línea», sin que faltaran críticos: se sale por la tangente, no se compromete, no termina de convencer…, decían algunos de los encuestados al término del programa. Y en cuanto al propio protagonista del programa, reconocía que había estado muy satisfecho y que había sido muy reconfortante escuchar a la gente…
