Antonio Casado – La entente vasca y sus riesgos


MADRID, 6 (OTR/PRESS)

La flamante presidenta del Parlamento vasco, Arantxa Quiroga, se mostraba muy crítica este lunes con Zapatero en relación a los anunciados cambios en el Gobierno de la Nación. Aunque está en su derecho, eso no se compadece con el espíritu de la entente de socialistas y populares para la normalización democrática en el País Vasco. Y además alimenta las hipótesis del PNV y de UPyD respecto a la fragilidad del pacto PSOE-PP porque en el resto de España estos partidos andan a la greña.

Es verdad que andan a la greña. Mal asunto para la consolidación del pacto de desintoxicación nacionalista en Euskadi. Pero es lo que hay. A escala nacional escuchamos a los de Rajoy acusando a los de Zapatero de centrarse en la foto con Obama por no hablar de la crisis económica. Y escuchamos a los de Zapatero acusando a los de Rajoy de centrarse en la crisis económica por no hablar del caso Gürtel.

Eso quiere decir que en todas partes cuecen habas. Pero también quiere decir que la reyerta PSOE-PP se mantiene como un efecto tóxico de la lucha por la Moncloa. A esa reyerta es a la que se refieren Rosa Díez, por un lado, y los dirigentes del PNV, por otro, como pedrusco en el camino hacia la consolidación de la entente vasca. Ambos auguran al pacto un recorrido corto precisamente a causa de esa feroz necesidad de diferenciarse que tiene el PP respecto al PSOE, y viceversa.

A muchos nos parecería imperdonable la muerte prematura del pacto López-Basagotiti. Hay señales preocupantes en ese sentido. Por ejemplo, los aplausos negados por los socialistas a la nueva presidenta del Parlamento vasco cuanto ésta salió elegida hace unos días precisamente con los votos de los socialistas. Y, por otro lado, el histórico dirigente del PP vasco y número uno de este partido en las elecciones europeas del próximo 7 de junio, el ex ministro Jaime Mayor Oreja, que en recientes declaraciones mostraba en público su escasa o nula confianza en los socialistas como compañeros de viaje.

Son formas de dar la razón a los nacionalistas cuando denuncian que no es creíble un pacto en Euskadi de quienes en el resto de España se llevan como el perro y el gato. O sea, que si tiene razón Mayor Oreja en lo que dice, también la tendrán los dirigentes del PNV respecto al fracaso que le espera al pacto PSE-PP.

Sería fatal para las respectivas causas de los dos grandes partidos nacionales. Así lo ha visto el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, que el otro día declaraba: «Si fallamos en esta operación nos hundiremos el PSOE y el PP en el País Vasco». Entonces tendremos nacionalismo para los restos. Y eso lo añade el que subscribe.

Antonio Casado

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