Consuelo Sánchez-Vicente – El PNV no da la talla


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

El primer Aberri Eguna con el PNV a punto de emprender el camino de la oposición ha venido acompañado de una amenaza directa de ETA contra Patxi López y su futuro gobierno, sobre la que cabe hacer pocas interpretaciones y hacerse aun menos ilusiones: la banda tacha al futuro lehendakari de «caudillo», y tras advertir que no reconocerá su autoridad, le señala con todas las letras como su «objetivo prioritario». En este tiempo vasco tan lleno de primeras veces esperanzadoras -primera alternancia en el poder, primer gobierno constitucionalista, primera vez que vemos a los socialistas y a los populares vascos juntos no solo en los funerales desde que llegó la democracia- no podía faltar el borrón de siempre, ETA, amenazando con lo de siempre, matar, pero apuntando políticamente mas alto que nunca: al propio corazón de las instituciones democráticas vascas.

Yo no comparto la teoría del árbol y las nueces, que establece una relación cómplice casi en el sentido penal del término entre quienes mueven el nogal, ETA, y quienes recogen las nueces, los nacionalistas del PNV que han encabezado todos los gobiernos vascos de la democracia, me gustaría dejarlo claro una vez más. Aunque los líderes peneuvistas están encajando especialmente mal una circunstancia políticamente tan natural como verse fuera del poder porque otros partidos suman más escaños que tú para gobernar, el PNV es uno de los más viejos partidos democráticos de nuestro país. Pero creo que acaban de perder otra estupenda oportunidad de hacer pedagogía política

Los peneuvistas no son los primeros ni serán los últimos en pasar por el renovador trance de verse en la oposición, se les acabará pasando el «rebote», como a todos, y como todos soltarán lastre por el camino. Que les duela es normal. Ahora bien, reconozco que me ha sorprendido más que desagradablemente que Ibarretxe, Urkullu y los máximos dirigentes del PNV no aprovechasen el que con toda probabilidad parece que será su último Aberri Eguna en el poder (por el momento) para responder a ETA con la contundencia que merece, renunciando a deslegitimar al menos ese día el legítimo pacto de gobierno PSE-PP. Cuando ETA no mata parece que no está, pero sigue ahí. Tenemos tantas ganas de que desparezca que en cuanto pierde visibilidad la olvidamos. Pero sigue aquí.

Esta no es solo una amenaza más contra López ni contra su partido sino una amenaza institucional totalmente insólita, y me parece que se entiende muy mal -o que lo que se entiende les hace un flaquísimo favor- que el todavía gobierno en funciones vasco no salte como un resorte la primera vez que la banda terrorista ETA le pinta una diana en el pecho al más que posible futuro lehendakari vasco.

CONSUELO SANCHEZ-VICENTE

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