José Cavero – El palo del paro.


MADRID, 24 (OTR/PRESS)

«Peores de lo esperado», han dicho en el Gobierno, tras conocer los datos de la Encuesta sobre Población Activa correspondiente al primer trimestre del presente año, que fue divulgada a las nueve de esta mañana de viernes. Se recordó a continuación que, hace sólo tres meses, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, insistía en que el número de parados no alcanzaría los cuatro millones. Pero se ha superado esa cifra y se ha alcanzado un dato nunca visto en la historia española de 4.010.700 de desempleados con un incremento de 802.000 personas en los últimos tres meses contabilizados.

A Corbacho le fallaron los cálculos, es evidente, y posiblemente a todo el Gobierno, sorprendido por la gravísima situación de desempleo en que nos hallamos, por más que desde el propio presidente o la vicepresidenta económica se insista en que «lo peor ya ha pasado» y estamos en el momento en que empiezan a comprobarse algunos primeros efectos beneficiosos, en el empleo, de las medidas adoptadas por el Gobierno en el último medio año. Tan sólo algunos datos comparativos, de cómo se está produciendo la situación en algún otro país, puede explicar la situación. Por ejemplo, la previsión del FMI de que el retroceso del PIB será este año de un cinco por ciento, un punto más que el español… Pero no en materia de desempleo, donde nuestro país sigue en cabeza, con ese 17,4 por 100 sobre la población activa.

Los datos del paro conocidos este viernes son suficientes para oscurecer cualquier vaticinio que se haya intentado que fuera optimista. No cabe optimismo de ninguna clase. Y en ese sentido se han expresado algunos dirigentes políticos, empresariales y sindicales. Y, por supuesto, el común de los ciudadanos, extraordinariamente alarmados por un dato tan pavoroso…, que sólo invita a pensar en la «meta» siguiente, los cinco millones, y a preguntarse «para cuándo»… Incluso a algunas voces sindicales, como la de USO, el cálculo de la EPA le parece insuficiente: según sus propios cálculos, no son 4 millones 10 mil, sino 4 millones 48.000.

Y angustian las cifras, muy particularmente, porque en los últimos meses han ido a más. Es decir, porque no termina de verse una tendencia a que vaya a modificarse una tendencia tan alarmante. Se estima que en el último año, el número de desempleados se ha elevado en 1,8 millones, lo que ha venido a destrozar las previsiones del Gobierno: se temía un 15-16 por 100 de 100 de parados, como cifra probable, y nos estamos acercando al 18 que tanto el Banco de España como el FMI habían acertado a presagiar. Estamos en récords históricos, no de tasa de paro, sino de número de parados. Más de uno empieza a sospechar que, salvo fórmulas milagrosas urgentes, llegaremos al 20 por 100 de tasa de paro, es decir, que uno de cada cinco trabajadores estará en el desempleo.

Como derivación inmediata, nos hallamos ante una reducción no menos dramática en las cuentas de afiliados a la Seguridad Social. Después de haber asistido, en los últimos días, al debate sobre los riesgos que tiene nuestro sistema de protección social y sus cuentas, hasta ahora de beneficios y de superávit, todo permite e induce a temer que caminamos en esa dirección.

Naturalmente, se reclaman medidas urgentes y se duda de que el Gobierno esté en condiciones de aportar el milagro imprescindible. Pero hay preguntas muy procedentes, en esta hora crucial: ¿valdrá la pena seguir haciendo el extraordinario esfuerzo inversor que se hace, e incrementar la deuda nacional, no ha llegado el momento de ese gran pacto político que se viene reclamando, no convendría que la mesa del diálogo social de centrales, patronal y Gobierno acepten y aprueben alguna clase de reforma laboral de urgencia que ayude a salir de tan preocupante y grave situación?

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído