MADRID, 25 (OTR/PRESS)
La racha de siete semanas de subidas se ha roto y a todo el mundo le parece lógico después del subidón. La bolsa española arrastra aún una pérdida en torno al 4 por ciento en lo que va de año. En todo caso, quién lo iba a decir apenas hace mes y medio. Los inversores están ahora metidos de lleno en los resultados empresariales. Y hay de todo.
En general están siendo mejores de lo esperado, aunque los analistas no se ponen de acuerdo. Los pesimistas creen que son malos y los optimistas que son mejores de lo que se podía pensar. Así que una semana más nadie se atreve a pronosticar si el mercado está para entrar o para seguir esperando; si va a seguir bajando o no. En fin, en lo que sí parece que hay cuasi unanimidad es que hay que tener mucho cuidado, sobre todo si no se es especialista.
Para los profanos es llamativo que la bolsa española subiera el viernes después de conocer que ya hay en España cuatro millones de parados, nueve mil al día, y que en el primer trimestre cerraron su actividad casi 90.000 pymes y autónomos. El G-7 dice que hay signos de que se ralentiza el deterioro. Desgraciadamente, en España y con los datos en la mano y las previsiones de los organismos más variopintos, no se ve por ningún lado el suelo. Y, lo peor, es que el Gobierno sigue haciendo gala de una inactividad ya enfermiza y está dispuesto a seguir gastando sin saber ni en qué ni cómo.
Ahora, el gobierno se conforma con decir que en abril las cosas van a mejorar. Siempre es en los meses siguientes a un mal dato cuando las cifras van a mejorar. Pero, no va a ser así y, entonces, qué haremos. Es vital que el Gobierno escuche a los expertos que le están diciendo el camino a seguir, las reformas urgentes que hay que empezar a abordar ya, con agentes sociales o sin ellos. Los cinco millones de parados nos acechan.
CARMEN TOMAS
