MADRID, 5 (OTR/PRESS)
Trabajo publicaba ayer los datos del paro registrado del mes de abril. Y claro que suponen una desaceleración en relación a los meses anteriores. Pero los datos encierran mucha información para analizar. Para empezar, el desempleo sigue aumentando. Otras casi 39.500 personas perdieron su puesto de trabajo el mes pasado. Y ya cada paro es un drama. Es la decimotercera subida mensual consecutiva. Es incluso algo mayor que la cifra de abril de 2008, aunque hay que tener en cuenta que incluye la Semana Santa y el comienzo por tanto de la temporada turística con todo lo que eso supone para la economía española. Por eso es más preocupante que el sector servicios encima lidere junto con el colectivo sin empleo anterior las cifras del pasado mes.
Tampoco se puede decir nada bueno de la cifra de afiliaciones a la Seguridad Social. También en abril cayeron. Otros casi 25.000 cotizantes menos en una sangría que no cesa y que mes a mes pone en evidencia los peligros de no acometer ningún tipo de reforma en el sistema público de pensiones de cara al futuro cada vez más inmediato.
El Gobierno obviamente no puede calificar estos datos de buenos, aunque sin duda intentarán convencer a la opinión pública de las bondades de su Plan E. Un paquete de medidas de gasto de 8.000 millones para obras locales que darán trabajo a unas 250.000 personas en total, pero que desgraciadamente una vez que acaben las obras volverán a ingresar en las filas del desempleo. Es la única razón por la que las cifras amortiguan su volumen, pero ya hablaremos a final de año, momento en el que los economistas mayoritariamente hablan de una cifra de parados de 5 millones, que podría ser mayor si el gobierno sigue empeñado en no escuchar más que a los sindicatos y en no afrontar, por tanto, las reformas necesarias. Una de las más prioritarias la reducción drástica del gasto público prescindible que es mucho, del capítulo de gastos personal y por supuesto abordar una reforma del mercado de trabajo y una bajada de impuestos para PYMES.
En fin, las recetas están ahí sólo falta voluntad política y liderazgo para acometerlas y no precisamente pensando en elecciones o en el corto plazo, sino pensando en todos y cada uno de los más de 4 millones de parados que hay ya en este país, muchos de los cuales ya desgraciadamente no cobran ningún tipo de prestación.
