José Cavero – Patxi López lleva, Ibarretxe se va.


MADRID, 6 (OTR/PRESS)

Se ha producido el relevo en la presidencia del Gobierno vasco, según lo previsto, aunque con la novedad añadida de que el anterior lehendakari dice adiós definitivo a la política. Ibarretxe, probablemente, había quemado sus propias naves y no tenía un lugar específico desde el que desempeñar su papel de opositor a su sucesor Patxi López.

El propio Ibarretxe, recuérdese, mantenía unas relaciones no siempre fáciles con el presidente de su propio partido, el PNV: Urkullu. En efecto, en vísperas de las elecciones de marzo había recordado que no siempre fue fácil su entendimiento con el ex lehendakari. Y, muy probablemente, en la raíz de ese problema estaban los planes soberanistas de Ibarretxe para conducir a Euskadi a lo que Rajoy ha evocado como «caminos sin salida» o «hacia ninguna parte».

Lo cierto es que la llegada a Ajuria Enea de Patxi López coincide con el «agur» de la vida política de Juan José Ibarretxe, que con anterioridad, en su discurso en el Parlamento, había escuchado los elogios de su sucesor a su trabajo por Euskadi y, a cambio, había expresado un «no sois fiables», dirigido a los socialistas y populares que le suceden en el mando…

Ciertamente, tiene mucha más trascendencia política la llegada de Patxi López que la marcha de Ibarretxe. Se había especulado sobre la tarea que el segundo podría desarrollar en la nueva etapa. Urkullu había dicho que sería él quien decidiera qué quería hacer. Y posiblemente Ibarretxe no encontró un hueco para continuar haciendo lo que hizo en los diez años de su jefatura. Su idea de que seguiría teniendo el liderazgo allí donde estuviera, si no era en el Gobierno en la oposición, parece que tenía muy difícil aplicación práctica.

En todo caso, da comienzo una fase política nueva en Euskadi y de muy inciertos resultados finales, por muy gratas que hayan podido ser sus proclamaciones iniciales. Patxi López y su Gobierno de socialistas e independientes empiezan a gobernar y lo hacen con el apoyo explícito del PP en unas materias -la lucha antiterrorista, por ejemplo- y cabe suponer que con la oposición de los propio populares en otras materias, como la salida de la crisis económica. Aunque no resultará fácil la aplicación de esa estrategia esquizofrénica de los seguidores de Rajoy-Basagoiti, que van a colaborar y oponerse al mismo tiempo y que en particular cooperarán en Euskadi mientras se siguen oponiendo en el resto del Estado español. ¿Cómo será posible esa doble tarea?

En realidad, la llegada de los socialistas al Gobierno vasco ya ha complicado alguna otra cosa, como la relación de los socialistas con el PNV. Hemos visto en las últimas semanas la drástica modificación del portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka: de ser socio y colaborador del Gobierno de Zapatero ha pasado a ser oponente y crítico feroz y suele sumar sus votos a los del PP, siempre para erosionar y desgastar a los socialistas gobernantes. ¿El PP seguirá buscando estos apoyos del PNV, cuando ya ha comenzado a colaborar estrechamente con el Gobierno socialista de Patxi López en Euskadi? Demasiadas esquizofrenias o escisión de la cabeza en varias partes…

Pero cada cuestión traerá consigo la solución y el conflicto correspondiente. A Patxi López y a Antonio Basagoiti se les van a reclamar unas condiciones de imaginación superiores a las corrientes en la vida política. No deberá sorprender que su política coincidente rompa algunos esquemas más a sus correspondientes líderes en Madrid. Pero todo sea por la paz y estabilidad en Euskadi…

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