MADRID, 8 (OTR/PRESS)
Podríamos decir que éste será otro nuevo lunes al sol para los cuatro millones y pico de parados de España, pero desgraciadamente lo peor está por llegar. Esto es al menos lo que nos dice la Comisión Europea que ha hecho unas nefastas previsiones según las cuales la caída de nuestra economía alcanzará el 3,2 por ciento este año mientras el paro podría llegar hasta el 20,5 por ciento -en la actualidad estamos en el 17,4-.
Las previsiones dadas a conocer por el comisario Joaquín Almunia son aún más pesimistas que las realizadas por el Fondo Monetaria Internacional y según los cálculos de Bruselas, la recesión continuará con tasas de crecimiento negativo al menos hasta finales del 2010 y el déficit publico se disparara para entonces hasta casi el 10 por ciento del PIB. Muchos lunes al sol, demasiados y pocas soluciones de nuestros políticos enfrascados ya en las elecciones europeas que ellos mismos están convirtiendo en unas primarias. El PP sigue insistiendo -y así lo hará el martes en el Debate sobre el estado de la nación-, en que Zapatero nos ha engañado a todos sobre la existencia de la crisis, y no puede buscar soluciones porque el presidente está noqueado y desbordado.
Por su parte el Gobierno seguirá como pueda intentando que el temporal amaine, al igual que hizo en el consejo de ministros extraordinario celebrado esta semana donde las dos vicepresidentas transmitieron un mensaje de optimismo sin contenido alguno. Elena Salgado puede afirmar una y mil veces que ve «brotes verdes en la economía española» pero los demás sólo vemos ramas secas, como bien señaló el presidente de la patronal con ese micrófono indiscreto.
Y por si fuera poco los datos del CIS no son buenos ni para el inquilino de la Moncloa ni para el jefe de la calle Génova. Si hoy se celebrarán elecciones PP y PSOE estarían prácticamente en un empate técnico. Todos los líderes políticos suspenden y los españoles no creen en la palabra dada ni de Zapatero ni de Rajoy. La política española está aquejada de un grave mal: la falta de confianza y la desesperanza de tantos y tantos que siguen pasando los lunes al sol sin ver nada en el horizonte ¡que depresión!.
