MADRID, 11 (OTR/PRESS)
Con toda probabilidad, el que da comienzo este martes va a ser otro debate del estado de la Nación abundante en niveles de crispación, particularmente entre los dos grandes rivales o adversarios, Zapatero y Rajoy, en su cuarto enfrentamiento en debates de esta envergadura, y enésimo choque dialéctico en las sesiones del Congreso. Ya en sus mítines del pasado fin de semana ensayaron algunos de los gestos que mantendrán y nada permite deducir, sino muy al contrario, que vaya a haber manos tendidas y oferta de acuerdos y entendimientos.
Es posible que existiera esa primera intención en el Gobierno -un acuerdo de Estado para salir de la crisis con entendimiento de gobierno y oposición-, pero muy pronto el PP de Rajoy puso una condición que el Gobierno juzgó inatendible: que Zapatero rectificara toda la política anticrisis llevada a cabo en el último año. Es decir, sus cien medidas contra la crisis, que Rajoy critica una y otra vez, sobre todo por causa del que considera altísimo coste para los presupuestos generales. De manera que, con toda probabilidad, no habrá manos tendidas ni ofertas de pacto de Estado, por entender que serían gestos inútiles, y cada cual estará en las posición ya conocida.
Eso sí, pudiera producirse algún gesto y guiño en la intervención del presidente para tener de su parte los votos de las formaciones de izquierda -IU, ICV, ERC, BNG-, que finalmente le otorguen los votos que le restan para superar al adversario en las votaciones finales. Porque también es seguro que tendrá una oposición frontal y cerrada por parte de PP, CiU y PNV, particularmente de este último grupo, sumamente enojado tras haberse consumado su desplazamiento del gobierno vasco…
Por lo demás, parece evidente que Zapatero hará ese esperado guiño a la izquierda, para salvar el Debate. A la izquierda confiará su futuro, en la encrucijada en que se encuentra por causa de otros apoyos sólidos y ante la cita en las urnas del siete de junio.
De momento, se sabe que la izquierda piensa dar su apoyo a la ampliación de la ayuda a los parados que ofrecerá Zapatero, aunque es probable que ERC, IU e ICV consideren insuficiente la medida ya preanunciada por el Gobierno. En concreto, las fuerzas catalanas de IVC y ERC exigirán mayores compromisos en la financiación autonómica catalana y en el Estatut…
Pero, naturalmente, habrá otros aspectos de la crisis y habrá formas muy distintas de ver cómo se suceden los acontecimientos y qué final prevé cada cual. Zapatero, en los mítines de este fin de semana, ha insistido en que «vamos a salir con políticas progresistas y avanzadas», y ha anunciado que pronto habrá noticias positivas, «brotes verdes». Y frente a él, Rajoy insiste en que Zapatero ya sólo es capaz de garantizar subsidios, y acusa al Gobierno de instalar a España en «la barra libre del gasto público».
Rajoy insiste en mostrarnos a un Zapatero manirroto y alejado de la imprescindible austeridad del gobernante… El presidente del PP centrará su discurso en los duros efectos sociales de la recesión, con mención de los cuatro millones de parados. En la misma línea que su presidente, la portavoz Soraya Sáenz de Santamaría proclama que «no será un Gobierno socialista quien nos saque de ésta, porque no saben gestionar el país». SSS dice también que el optimismo del Ejecutivo siempre florece cuando se acercan las elecciones. Y en idéntico combate aparece, una vez más, José María Aznar, que proclama que el PSOE vuelve otra vez a traernos paro y pobreza y que el coste de la crisis está siendo desgarrador. Aznar vuelve a reclamar como imprescindible el cambio de Gobierno. Y una vez que se produzca, dice, habrá que llamar a un acuerdo nacional, reformulando el pacto histórico de la Transición y reforzando el proyecto común. Pero sólo una vez que se termine de demoler al actual Gobierno…
