Antonio Casado – El cruce ZP-Rajoy.


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

Según Rajoy, el estado de la Nación es una foto fija en la que aparece la recesión, el déficit, la deuda y el paro laboral. Así habló en el debate del martes. Discurso consabido del líder del PP, aderezado con descalificaciones personales al presidente del Gobierno. Primero, por mentiroso. Y segundo, porque además falla en el diagnóstico, se equivoca en las previsiones y es incapaz de rectificar.

Fue el equipaje verbal de Rajoy en su ruidoso cruce parlamentario con Zapatero. Esa descripción de la sombría realidad española consumió la mayor parte de las intervenciones del aspirante a la Moncloa. Y casi de pasada se refirió a las propuestas formuladas por el presidente para frenar la crisis, crear empleo y forjar un nuevo modelo productivo. Para descalificarlas. Mejor dicho, para calificarlas de este modo: «tardías», «erráticas», «demagógicas» y «despilfarradoras».

Unas valoraciones no demasiado rigurosas, como se ve. Sin embargo, se ajustan al patrón utilizado por el propio PP a la hora de formular sus recetas para afrontar la crisis. Un patrón en el que nunca falta la austeridad, la rebaja de impuestos y el cambio de modelo productivo. Tal vez fue eso lo que descolocó a Rajoy. Ante las medidas anunciadas por el presidente en esa línea, dio la impresión de que se quedaba sin discurso y sin espacio para formular propuestas alternativas.

Efectivamente, Zapatero anunció un segundo recorte de gastos en los PGE del año en curso (2.500 millones de euros en total), rebajas fiscales (sustancial recorte en el impuesto de sociedades para las PYMES) y diversas medidas orientadas a cambiar de modelo productivo. Pero Rajoy se limitó a decir que eran iniciativas fragmentarias e inútiles, por lo que de ninguna manera pensaba apoyarlas.

A partir de ahí, repitió su discurso habitual desde que la crisis económica empezó a marcar el debate político. Renunció entonces a debatir las propuestas del presidente del Gobierno. A cambio, volvió a extraviarse en los lugares comunes de su cantinela: Zapatero miente, es una máquina de fabricar parados y nos lleva al desastre. Pero no refutó sus propuestas con argumentos ni planteó alternativas. O sea, que Rajoy fue incapaz de trascender el puro fogonazo verbal, más propio de un mitin electoral que de un debate parlamentario casi monográfico sobre algo tan serio como la crisis económica que está sufriendo nuestro país.

Aparte de confirmarse la soledad parlamentaria del Gobierno, el esperado cruce Zapatero-Rajoy fue una nueva entrega de pedradas verbales de ida y vuelta, sin nada positivo para trasladar un mínimo de confianza a los sufridos ciudadanos.

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