La crisis necesita predicadores, no catastrofistas


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

El titular no es mío, son palabras del Padre Angel de «Mensajeros por la Paz», pronunciadas en el transcurso de un desayuno que mantuvo con empresarios madrileños, en el Hotel Eurobuilding de Madrid, y al que asistieron entre otros, el Presidente del Club Nexo, Alvaro Ramírez; el Presidente de Kiss FM, Blas Herrero; el Consejero Delegado de la Once, José María Arroyo; Sigfrido Herraíz, director del Grupo Rayet; Jacinto Alvaro, director general de Groupama Seguros, y Leopoldo Satrústegui, Director General de Infiniti.

Una reunión en la que el sacerdote hizo una serie de reflexiones que deberían haber escuchado algunos de los políticos que subieron el miércoles a la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados, por lo que tienen de clarificadoras respecto al grave momento que esta pasando la humanidad, y que tiene su origen en esa política económica ultraliberal, que predicaba la obtención de dinero a manos llenas y el consumo salvaje.

A modo de saludo el Padre Angel dijo a los allí reunidos, algo que estoy segura les llegó a lo más profundo de su corazón: «Si a ustedes les afecta la crisis, piensen cómo les estará afectando a los que nada tienen. Cómo los afectara a las familias de esos once millones de niños que mueren anualmente por no disponer del medicamento que les podía haber salvado la vida».

Más que pedir a los Gobiernos, pidió ayuda a los empresarios, para que a través suyo llegue a las ONG, que en su conjunto manejan una cifra nada desdeñable, un billón de dólares, gracias a los cuáles se han construido escuelas, hospitales, guarderías, residencias, donde viven aquellos cuya esperanza de vida era cero y ahora al menos pueden valerse por sí mismos. Y cómo ejemplo puso la historia de Jesué, al que encontró en Irak sin brazos, sin familia.

Habló también de los niños de Gaza -de los que quedan, claro está, porque un gran número de ellos murieron durante los últimos bombardeos del ejercito israelí, en medio de grandes dolores y consternación-.

Pese a lo cuál, el mundo en el que vivimos es mejor que cualquier otro de la historia, Porque nunca hubo tantos Vicentes Ferrer, ni tantas Teresas de Calcuta, ni tantos Padres Angel, que se dedican a salvar y dignificar la vida de los que más lo necesitan.

La solidaridad, dijo, «es un nuevo poder, el fenómeno más relevante de la sociedad moderna, que moviliza a un gran numero de personas de todo el mundo, pero muy especialmente españoles. El mundo está lleno de cooperantes, de gente que se paga sus viajes, que arriesga su propia vida, su propia salud, hombres de negocios, empresarios, periodistas, militares, cuyos nombres se graban en piedra para recordarles a los que vengan detrás que los blancos de ahora no son los blancos que les usurparon sus tierras, sus creencias, incluso sus mujeres. Es lo que ha ocurrido en Benin, y en otros tantos lugares del mundo».

Al final de la charla el Padre Angel nos pidió que publiquemos las cosas buenas que ocurren en estos momentos de crisis, como por ejemplo, que en Mensajeros de la Paz, se han creado cuatrocientos nuevos puestos de trabajo. Una cantidad importantísima si tenemos en cuenta los cientos, miles de puestos de trabajo que se destruyen a diario.

Y como colofón una frase que suya que es toda una filosofía de vida: «la vida hay que vivirla, pero hay que compartirla, si queremos conseguir un mundo mejor».

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