Carmen Tomás – Desde el parqué – Tras la borrachera, la resaca


MADRID, 17 (OTR/PRESS)

Lo dijimos la semana pasada. La bolsa estaba de borrachera sin atender a los datos. Los deseos de darse una fiesta eran enormes. Las caídas habían sido tan abultadas que los inversores se lanzaron a las compras sin que se vislumbren en el horizonte señales claras de recuperación en los indicadores. Prueba de que era un rebote lo encontramos en que los volúmenes de negocio eran bastante escasos. En la semana, el Ibex cayó un 4,5 por ciento y se dijo adiós a la cota de los 9.000 puntos. Pocos son los analistas que se atreven a decir que también en la bolsa lo peor ha pasado. Hay demasiadas incertidumbres en el camino. Los inversores han querido apostar porque lo peor de la crisis financiera ha pasado y no hay nada de eso al menos en el corto plazo. Desde luego no en lo financiero y menos en la economía real. En las últimas horas se han conocido datos espeluznantes sobre la marcha económica europea, especialmente la alemana, pero también la francesa, la italiana y desde luego la española. Este mensaje lanzado en las últimas semanas de que la economía presentaba brotes verdes se ha quedado en mensaje, ya que los datos no lo avalan. Ni siquiera en Estados Unidos, de donde partió la esperanza. Las ventas del comercio y las peticiones de desempleo así lo atestiguan. En España, ni por asomo se ve un brote verde. Cada dato que sale sigue siendo peor y el Gobierno continúa a por uvas lanzando medidas que no van a la raíz del problema. Incluso algunas de las promesas lanzadas por el presidente del Gobierno desde la tribuna del Congreso durante el debate sobre el estado de la nación han quedado en nada (en algún caso casi mejor, ya que eran puro gasto sin ninguna consecuencia positiva sobre la actividad y el empleo). Zapatero pareció estar más en un mitin que en el Congreso de los Diputados.

El martes asistiremos al debate de las resoluciones presentadas por los partidos y veremos en qué han quedado las promesas de Zapatero y una vez más constataremos que lo que hace el Gobierno es lanzar guiños electorales a ver si cuelan. La apuesta por la economía sostenible o verde para lo que de momento hay encima de la mesa 20.000 millones de euros es tan planificador como inútil en este momento para acabar con lo que más preocupa a los españoles que es la sangría de parados.

CARMEN TOMAS

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