José Cavero – La difícil alternancia en Euskadi


MADRID, 17 (OTR/PRESS)

Mientras Patxi López, en el diario «El País», asegura que «es posible volver a entendernos con el PNV», de que la integración de todos los vascos es posible, y que está convencido de que «muchos, incluso votantes y militantes del PNV, van a entender las políticas que hagamos para buscar el acuerdo y eludir la confrontación», al mismo tiempo, en otro diario, en «El Mundo», se revelaba también este domingo que ha sido detectado un complot de mandos de la policía autónoma vasca contra Patxi López.

Según esta revelación, tres altos cargos designados por Ibarretxe se reunieron hasta con treinta subordinados para poner trabas al nuevo Gobierno y constituir una red de «topos» para mantener informado al PNV tras haber sido relevado de sus responsabilidades en el Gobierno. A nadie escapa la gravedad de esta suprema deslealtad de los mandos de la Ertzaintza, que es demostrativa de las complicaciones que, desde el primer momento, se adivinaron en la alternancia del Gobierno en Euskadi, después de casi tres décadas de hegemonía y control total de los peneuvistas en todos los órdenes de la actividad: el Gobierno, las empresas, la policía, la sociedad…

Pero, como señaló Patxi López en una de sus primeras declaraciones todavía como lendakari electo, se hacía preciso demostrar que el PNV no era «ni el Estado ni la religión de Euskadi» y de los vascos, y que el PNV no era más que un partido, otro partido, que unas veces –siempre hasta fecha reciente– había correspondiendo la tarea de gobernar, pero al que en la nueva etapa de la vida política vasca correspondía la tarea de ejercer la oposición…

Y, definitivamente, se comprueba que esa prometida «alternancia», que no es otra cosa que el PNV pase a ejercer la oposición, está resultándole extremadamente ardua y complicada al inquilino de Ajuria Enea, que se hace la ilusión de que «ojalá tengan éxito quienes quieren romper amarras con ETA, que expresa su deseo de que las diputaciones forales sean responsables, o que hace planes y proyectos para gastar lo mejor posible el dinero que se dedica a la promoción, la difusión y la enseñanza del euskera.

Ya pudo comprobar estas dificultades cuando «tentó» a algunos personajes próximos al PNV para incorporarlos a su gabinete, y cuando se las tiene que ver con la remoción de casi un centenar de responsables de empresas que integran el Gobierno vasco, y que han tenido siempre «mandos peneuvistas»…

Ahora se comprueba la dificultad difícilmente superable de que incluso la policía autónoma está «trufada» de elementos de obediencia estricta al partido de Urkullu e Ibarretxe, donde se hace imprescindible que la eficacia contra los criminales –de ETA o de cualquier otra especie– sea mucho mayor de la que ha sido en los años anteriores.

Con relevaciones como la que ahora se nos transmite se puede deducir la complicación que tiene este relevo en la «lendakaritza», y cómo Patxi López y sus colaboradores habrán de esforzarse mientras «se cuidan su propia espalda». Si ni siquiera te es fiel la persona a quien confías la seguridad de los ciudadanos, ¿de quién te podrás fiar?

JOSE CAVERO

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