Andrés Aberasturi – Hasta el moño de Carod.


MADRID, 22 (OTR/PRESS)

Dice don Josep-Lluís Carod-Rovira-aquí-y-en-la-China-Popular que «estamos delante de un nuevo soberanismo que no nace tanto de la identidad lingüística y cultural… sino que nace de la fatiga de España. La gente está ya hasta el moño». No está mal; «la fatiga de España» es un hallazgo como concepto y un descubrimiento como última razón, ya definitiva, de necesidad de soberanía.

-Y ustedes ¿por qué se quieren separar de España?-Por fatiga, muchas fatiguitas y desde hace siglos

Es dudoso que la fatiga histórica sirva como prueba en un presunto tribunal internacional, aunque muchos la entendamos y hasta la padezcamos. A ver, el problema es que Josep-Lluís Carod-Rovira-aquí-y-en-la-China-Popular, no es él en si mismo Cataluña toda y el problema de los nacionalistas es que se van creciendo y terminan por creerse que sólo ellos tienen la verdad y el mundo se equivoca. De esa especie de fe ciega a instalarse en la estupidez hay sólo un paso que el vicepresidente de la Generalidad camina con inusitada frecuencia.

Después de pensarlo un poco, creo que estoy hasta el moño no de Cataluña sino de Josep-Lluís Carod-Rovira-aquí-y-en-la-China-Popular y toda su tropilla; y lo peor es que -sin pasar fatiga- mi hartura es muy semejante a la que me producía en su momento gente como Blas Piñar y su patrioterismo español. En ambos casos, distinguía perfectamente entre el paisanaje y el paisaje y personaje: bendita sea Cataluña y España y Europa y la China Popular al margen de quienes las utilizan permanentemente como coartada, escudo, herida etc.

Lo peor de estas cosas que dice es que siempre hay alguien que le toma medio en serio, y lógicamente, la estupidez se multiplica y así sale a la luz un personaje -del que no recuerdo el nombre- co-responsable al parecer de la pitada al himno en la final de Copa. Pues ese pintoresco señor, va mucho más allá de la fatiga, la historia y los moños y asegura muy seriamente que con dos pitadas más, el estado español se viene abajo. Mucho pitar es eso.

Se queja el pobre Josep-Lluís Carod-Rovira-aquí-y-en-la-China-Popular, porque, según él, «todavía hoy no puedo ir por una ciudad española por la calle porque la gente me insulte a mí, insulte a Cataluña, y diga «viva España». Ignoro si el mal uso del verbo es error en la traducción o error propio, pero, al margen del detalle, sólo un apunte: una cosa es el insulto -siempre deleznable- y otra decir «viva España». Eso, como mucho, es mala leche, ironía y/o vacile.

Mire Josep-Lluís Carod-Rovira-aquí-y-en-la-China-Popular, usted no es Cataluña, ni es Cataluña el organizador de pitadas (qué gran favor le hizo TVE); forman parte de ese país y representan a una minoría de los que allí habitan. Cuánto ganaríamos todos si cuando usted hablara, lo hiciera en nombre propio o en el de sus votantes que es posible que estén todos los que son, pero, desde luego, no son todos los que están con usted.

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