MADRID, 26 (OTR/PRESS)
Nadie se cree que estamos en la campaña electoral de unas elecciones al Parlamento Europeo. Y hacemos bien, porque lo que estamos viendo nada tiene que ver con eso. En cierto modo tiene su lógica por más que nos cuenten que muchas leyes que allí se aprueban pasan a formar parte de nuestro ordenamiento jurídico. Pero, claro, ni los políticos se lo toman así, ni los ciudadanos que lo que queremos es que nos resuelvan nuestros problemas que son muchos, el principal el desempleo, tampoco.
Unos y otros intentan convencernos de que su propuesta es la buena para atajar el paro y la recesión. Lo que ocurre es que cada partido tiene un curriculum. El PSOE de empeorar las cosas y el PP de mejorarlas cuando éstos las han dejado para los leones. Hay que hacer un ejercicio de partidismo absoluto para no recordar lo ocurrido y para ver lo que está ocurriendo. El Gobierno socialista no tiene propuestas, tiene ocurrencias que agravan en muchos casos la situación. Las medidas necesarias no llegan y las que ponen encima de la mesa o son malas o son tardías. El PP recurre a su experiencia para asegurarnos que con ellos las cosas irían mejor.
Creo que no es sólo una cuestión de fe, sino básicamente de memoria. Pero no selectiva, perversa y negativa como hacen los socialistas. Los videos elaborados para esta campaña nos hablan de que la crisis es culpa del PP, de los que se hacen trajes a medida y de los codiciosos de España y del mundo que se han confabulado para hacernos la vida imposible. La culpa es de los empresarios que despiden a sus empleados sin justificación para seguir siendo ricos. Apelar, como hizo ayer el candidato socialista en el debate con Mayor Oreja al franquismo, al 11-M, al Yak 42, a Aznar, a la esclavitud con los trabajadores, a su avaricia contando parados es demagogia barata, pero sobre todo una falsedad. Supongo que habrá quien compre esta mercancía. Pero si se pararan a pensar en la realidad de lo que está pasando se darían cuenta de que el rollo del cambio de patrón de crecimiento ya lo vendieron en las generales de 2004 y que en estos años sólo han hecho aprovecharse del modelo del ladrillo y del consumo y de los empleos creados. Entonces no importaba si eran productivos, cualificados o temporales. Valían para ponerse la medalla de que España creaba más empleo que nadie. Ahora, hablan de que los empleos que se pierden son temporales y que el modelo lo creó el PP. ¡Qué cosa tan miserable y tan hipócrita¡.
Nos esperan tiempos muy duros. El agujero de las cuentas públicas no para de crecer, el superávit de la Seguridad Social se reduce cada mes, cierran empresas por decenas y los desempleados se cuentan por miles cada día. La propuesta es que por ley Zapatero decreta el nuevo modelo. No sabemos de qué va, pero el presidente avanza que él decide los sectores de futuro y por dónde hay que empezar. Da miedo pensar de seguir por este camino, y no hay nada que haga pensar en un cambio, en el tiempo que pasaremos arrastrándonos por el fango antes de ver la luz al final del túnel y que no sea ZP conduciendo un camión de frente como ha dicho Montoro.