José Cavero – Rajoy y Suárez, dos personajes del momento.


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Mariano Rajoy, subido a la gloria del triunfo electoral, y Adolfo Suárez, sumido en la desmemoria del Alzheimer, cuando se cumplen treinta y dos años de las primeras elecciones que él mismo convocó y ganó, al frente de un Gobierno de la UCD, son hoy dos personajes centrales de la actualidad, por razón de las declaraciones de uno y el relato que sobre el otro nos ofrecen dos diarios, El Mundo y El País, respectivamente.

Son dos situaciones bien distintas, las de uno y otro personajes: el uno, en pelea por acceder a la presidencia del Gobierno y el otro ajeno a cualquier clase de lucha e incluso de preocupación, «en la nube brumosa» de la ignorancia y del olvido de lo que fue y representa. Suárez bien pudiera ser el ejemplo y espejo en el que podríamos mirarnos todos, tan absortos y centrados en la preocupación del momento. En Suárez ya no hay memoria, recuerdo ni pasión alguna. Ni podrá recordar que hace 32 años, un día como este lunes 15 de junio, convocaba las primeras elecciones democráticas en nuestro país, poniendo fin a una dictadura de cuarenta años con la que, paradójicamente, él mismo había colaborado como secretario general del Movimiento. A estas alturas de su vida, Suárez ni siente ni padece, ni celebrará esas primeras elecciones democráticas en cuarenta años que le llevaron al triunfo personal y político por el que apostó firmemente.

Naturalmente, las preocupaciones de Rajoy son de otra naturaleza, totalmente distintas y distantes. Rajoy se afana desde hace media docena de años en ser el inquilino de la Moncloa, y de volver a llegar a su partido, el PP, al poder. Ahora choca con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el PSOE, a quienes trata de arañar cada parcela de poder en esa carrera llena de obstáculos hacia el palacete presidencial que, en un primer momento, pensó que tenía al alcance de sus manos. Entre otras razones, porque Rajoy siempre ha pensado que estaba mejor preparado que su «competidor» en estas Oposiciones, y que le daría «sopas con honda» en cualquier prueba a la que se sometieran juntos. Ha ido comprobando que no era tan sencillo como él mismo llegó a pensar… Pero, efectivamente, desde hace tres meses, viene saboreando algunos éxitos indiscutibles: ha recuperado para el PP la Xunta de Galicia, el primero de marzo y por la ventaja de un escaño ganado al BNG, y en la última semana, su partido, el PP, ha logrado superar también por un escaño al PSOE en el Parlamento de Estrasburgo. Ahora, él y su equipo tratan, por todos los medios a su alcance, de que esa ventaja sea aplicada a nivel general: si ha logrado dos victorias, argumenta, quiere decir que el ciclo político ha cambiado, y que las elecciones generales las tendrá a su favor, sin remedio…

Así las cosas, este Rajoy «en triunfo», se muestra seguro, tranquilo y relajado, ha dejado de ser cuestionado por los suyos, no quiere verse acorralado por la corrupción ni encorsetado ante la potencia mediática de su adversario o abrumado por la soledad, como lo han visto muchos durante mucho tiempo. Ahora está feliz y satisfecho, olvidado de sus derrotas anteriores, la más reciente, el debate sobre el Estado de la Nación… Y convencido de que «a la tercera va la vencida».

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