José Cavero – El caso Bárcenas, al Supremo


MADRID, 16 (OTR/PRESS)

A muchos observadores, lo que más está llamando la atención es la pasividad, o la templanza, que viene demostrando Rajoy ante el caso de los militantes de su partido que se ven en las listas de «rozados» por el Caso Gürtel o Correa. ¿Será todo un invento del malévolo juez Garzón, o alguna vez Rajoy se verá convencido, finalmente, y pese a la resistencia que viene ofreciendo, de que «sus leales», desde Camps a Bárcenas se dejaron tentar por las dádivas y regalos de Correa y El Bigotes?

De momento, el magistrado Antonio Pedreira, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, ha trasladado los papales del caso al Tribunal Supremo, por entender que, al tratarse de un aforado -senador-, Luis Bárcenas debe ser juzgado en juzgado distinto al TSJM. Con otro agravante, que una vez que el Supremo acepte el caso Bárcenas, lo más probable es que asuma todo el caso Gürtel en su totalidad, y regresarán de Valencia los aspectos de Camps y compañeros que ahora venían sido analizados por el TSJ de la comunidad valenciana. Es decir, se habría hecho caso, finalmente, a lo que Garzón planteó desde el comienzo, a saber, que había material suficiente como para que el Supremo lo tomara a su cargo en tu totalidad y desde el principio al fin…

Pero, frente a esa presunción de culpabilidad, que viene demostrando la Administración de Justicia, Mariano Rajoy insiste en la presunción de inocencia de sus militantes, particularmente con algunos de ellos. Porque si en el caso de los implicados de la comunidad de Madrid fue rápido en aceptar que fueran destituidos de sus cargos, en los supuestos de Camps, Costa, el senador Bárcenas o el diputado Merino sigue decidido a «mantenella y no enmendalla»… Tampoco sucedió lo mismo con el ex eurodiputado Galeote, a quien vetó para las listas de candidatos al Parlamento Europeo, y cuyo nombre reaparece ahora con os restantes aforados ya mencionados. ¿Qué se piensa en el PP? Algunos hubieran querido una decisión más tajante de su máximo presidente, y otros elogian su actitud resistente.

En todo caso, muchos coinciden en que, tal y como caminan los acontecimientos, es muy probable que, finalmente, Rajoy se vea en la necesidad de prescindir de cualquier persona de quien se demostrara que hizo algo incorrecto e ilegal. Pero estamos viendo permanentes reacciones favorables o contrarias a los presuntos implicados. El ex tesorero Lapuerta justifica a Bárcenas, y alega que él, Lapuerta, tiene más abultado patrimonio que su sucesor Bárcenas.

Esperanza Aguirre no descarta medidas disciplinarias. Fraga también reclama actuar con firmeza… Pero todos están pendientes de lo que determine Rajoy, quien ha hecho una formidable apuesta por sus compañeros de partido. No pocos piensan que una apuesta desproporcionada e irracional. Pero, ¿qué pierde Rajoy? Al revés: algunos sospechan que su mera defensa pasiva de esperar y ver, consolida a un partido con sus cuadros, por más que abunden las sospechas de que los papeles de Correa incautados por la Fiscalía Anticorrupción no inventan nada y son fieles actas de un sinfín de relaciones inadecuadas entre representantes del PP con organizadores de eventos beneficiados por cuestión de amistad y de gran número de favores.

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