Los recursos humanos antes la crisis (I)

Mientras algunos pregonan que hay que hacer una reforma en el mercado laboral, abaratar los despidos y otras medidas, somos unos pocos los que pensamos que la única reforma que hay que realizar, es una cuestión de actitud y aptitud, de los nuevos profesionales. Todavía queda mucho camino por recorrer, para que los altos directivos piensen que el valor y el activo más importante a cuidar son sus recursos humanos.

Mientras que por el contrario, los trabajadores tienen y deben pensar, que todos deben “remar” en la misma dirección, para alcanzar objetivos cuantificables y realistas para hacer que la empresa sea competitiva, mantenga un crecimiento, y así mantener los puestos de trabajo.

Hace una década que los “gurús” empresariales afirmaban que las empresas tenían que ser más flexibles y dinámicas, y fruto de esas reflexiones las empresas decidieron “externalizar” algunos de sus departamentos y contratar trabajadores autónomos o recurrir a las empresas de trabajo temporal para atender las demandas de producción y/o servicios.

La propia Unión Europea, tiene en proyecto, ayudas para que se prime la implantación de pymes y de trabajadores autónomos altamente cualificados. Pero este modelo, no debe de servir para que se cree una situación de desamparo de los trabajadores o “trabajo basura”.

España puede salir de esta profunda y desgraciadamente larga crisis, fortalecida si por ejemplo el Gobierno, realiza una reformulación de las funciones del INEM. Entre esas funciones a cambiar destacan: La potenciación de la búsqueda de ofertas de empleo tanto públicas como privadas.

La creación de gabinetes de orientación profesional. La selección de cursos de formación pensando en la especialización y en el futuro modelo económico, empresarial y social, con distintos niveles de cualificación profesional, según las capacidades del demandante.

Y no como hasta ahora que las Oficinas de Empleo, se consideran como una oficina burocrática, en que se gestionan las ofertas, que ofertan anticuados cursos de formación, que se lleva la contabilidad de personas desempleadas, y/o para cobrar el subsidio de desempleo.

Otros de los importantes retos para mejorar la competitividad empresarial española, es la formación continua. Los empresarios principalmente las medianas y pequeñas empresas, junto con los trabajadores deben tomar conciencia de la importancia de invertir y elegir una formación de calidad para mejorar y sobrevivir, sobre todo en un mercado cada vez más competitivo y más cuando el modelo empresarial español son Pymes.

Son muchos los cambios que hay que realizar para mejorar para frenar la destrucción de empleo, que intentaré analizar en las próximas entregas.

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