MADRID, 24 (OTR/PRESS)
Tiene muchísimas narices que el futbolista Cristiano Ronaldo y otros que ganan casi tanto como él solo coticen al fisco el 24 por ciento de sus millones, mientras al resto de los ciudadanos se les detrae hasta el 43 por ciento de sus nóminas. Los impuestos, al margen de nutrir las arcas del Estado, sirven para redistribuir la renta, de ahí que se sea un sistema progresivo: los que más ganan son los que más pagan.
Resulta por tanto un sarcasmo que, con un Gobierno socialista, se mantenga una llamada «Ley Beckam», que se hizo en tiempos de Aznar, y que constituye una afrenta a los sufridos contribuyentes. Para reformarla no hace falta argumentar la situación de crisis, déficit de las arcas publicas, o cualquier otra razón coyuntural, es que es, básica y socialmente, inaceptable.
Como igualmente han sido populistas, electoralistas, poco efectivas en el terreno de la recuperación económica, e injustas socialmente, la desgravación de los cuatrocientos euros indiscriminada y el cheque bebe para todos. Ninguna de estas dos medidas ha incentivado el consumo. A los que tiene dinero les ha sonado a propina y, encima, ha vaciado aún más la cartera del Estado. Una frivolidad poco meditada: una «sebastianada» más.
Igual que se hizo la excepción con los futbolistas millonarios, se debería haber hecho la excepción con las madres de pocos ingresos para que el cheque bebé fuera a parar a sus manos. Los cuatrocientos euros habérselos dado a las declaraciones con derecho a devolución. Así de fácil. Menos búsqueda de votos y más eficacia.
La subida de impuestos parece algo inevitable que está a la vuelta de la esquina. Ya nadie descarta que en los presupuestos de 2010 se contemplará el temido incremento. La OCDE rebajó ayer sus previsiones para España y anunció una caída del PIB del 4,2 por ciento, eso significa que el descenso de los ingresos va seguir el mismo ritmo y el déficit va a continuar su camino imparable.
Zapatero no puede seguir jugando al ratón y al gato diciendo hoy sí, pero mañana no, a las propuestas de Izquierda Unida. Asegurar en un medio de comunicación que no va a subir los impuestos para decir en otro que tal vez. Comentar en un corrillo que bajar impuestos es de izquierdas para confirmar en un mitin que hay que redistribuir las rentas.
Ante este galimatías se podría empezar por arreglar esos tres desaguisados para que paguen los ricos futbolistas, cobren las madres que lo necesiten y desgraven los que no tienen.
