La empresa española ante la crisis (I)

Si en los pasados artículos, hablaba sobre la importancia de los recursos humanos ante la crisis, en esta primera serie sobre la empresa quiero empezar con una frase de Tom Peter para reflexionar. “Hace veinte años que hablamos del futuro, y resulta que estuvo aquí la semana pasada, y no nos dimos cuenta de ello”.

Desgraciadamente esta frase se ha cumplido en muchas empresas por una falta de previsión y un modelo empresarial basado en los “boom” y no en la diferenciación o la especialización. Aunque también hay que destacar y quizás entre las más importantes sean: la falta de financiación, una elevada tasa de morosidad, o el alargamiento excesivo de los periodos de pago.

Y refiriéndome a esta ultima cuestión, quiero destacar, que ha sido quizás la más importante, para que el tejido empresarial se resienta. Si son muchas las empresas que se ven abocadas al despido de trabajadores, o al cierre en gran medida, ha sido porque las distintas administraciones públicas y grandes empresas, han atrasado sus pagos, en algunos casos hasta 360 días, produciendo un efecto “en cascada”, afectando a otros sectores. Por lo que es necesario “reinventar” el modelo de financiación empresarial, acortando los plazos de pago y adaptarlo a países como por ejemplo Alemania, o Francia, que no superan los 45 días fecha factura, reduciendo así la morosidad, fomentando la competitividad y garantizando un mantenimiento de la tasa de empleo, aún en tiempo de recesión económica.

Si uno de los principales retos era la I+D+i (Investigación + Desarrollo + Innovación), esto se ha visto retrasado u olvidado, por el “cierre del grifo”, del crédito por parte de las entidades financieras, a pesar de recibir por parte del Gobierno, una inyección económica para que el crédito “fluya”, efecto que no se ha producido, por lo que muchos proyectos han quedado en el olvido, por falta de financiación. Esto puede ser una buena oportunidad para que desde la Universidad exista un acercamiento a la realidad empresarial y se produzcan importantes alianzas estratégicas.

Si empezaba este artículo con la frase de Tom Peter, quiero terminar con otra frase pronunciada por Winston Churchill: “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.”

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