Consuelo Sánchez-Vicente – Sí que merece la pena


MADRID, 1 (OTR/PRESS)

El primer encuentro entre el presidente Zapatero y el lehendakari López deja novedades que no deberían ser tales sino «lo normal»; el respeto mutuo, por ejemplo, y su derivada la mutua lealtad institucional. Que dos altos responsables políticos como los presidentes español y vasco fíen sus relaciones al diálogo en vez de a la confrontación, como han hecho, es -y debería haber sido siempre- lo normal, desde que empezó la democracia, aunque mientras gobernó el PNV fuera lo extraordinario. Y debería ser lo normal al margen de que Zapatero y López sean del mismo partido aunque eso ayude: porque los dos están obligados por su cargo a procurar el bien común y el progreso de los ciudadanos a los que representan por encima de cualquier otra consideración y por supuesto de cualquier consideración partidaria

La segunda novedad que en mi opinión no debería serlo es que la exposición y búsqueda de soluciones concretas a los problemas reales de los vascos ha ocupado el lugar de las mitologías partidarias que se ha venido gastando el PNV sobre todo durante la etapa Ibarretxe. Según informaron Zapatero y López a los periodistas, luchar juntos para erradicar la violencia, apoyar a las víctimas, unir a los demócratas y no dejar espacio en las instituciones a los violentos y a los que los apoyan ya son, junto al acuerdo para relanzar las infraestructuras vascas más relacionadas con la creación de puestos de trabajo, tarea común de ambos gobiernos; y seguir trabajando en las transferencias pendientes, como la muy compleja de Prisiones, en cumplimiento del Estatuto de Gernika, el siguiente objetivo a explorar desde la lealtad y la confianza mutuas

Por criticar algo, creo que hubo una concesión del lehendakari López a la galería que a mí me parece injusta, y fue cuando al pedir «altura de miras» al PP para «sumar esfuerzos» con el Gobierno frente a la crisis, añadió que «desgraciadamente, los populares están utilizando lo sucedido en el País Vasco» para complicarle la vida a Zapatero. La generosidad infinita que está acreditando el PP con el gobierno -socialista, recordémoslo- de López creo que habría merecido algún elogio en vez de un zarpazo por su parte en su primera visita a Moncloa. Pero, aunque tuviera algo de razón, coincido con Zapatero: comparado con la esperanza que está despertando no solo en Euskadi el lehendakari López, merecen la pena las dificultades que tenga que afrontar el gobierno en el Congreso (y, añado de mi cosecha: las puyas que tenga que aguantar el PP).

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído