MADRID, 2 (OTR/PRESS)
El presidente del Gobierno, tras su encuentro desarrollado ayer en La Moncloa, ha señalado que la nueva etapa que supone el Gobierno de su correligionario socialista abre expectativas más sólidas de paz. El lehendakari, a su vez, insistía en la misma idea al señalar «compartimos el proyecto de España». Y ambos han sido coincidentes, asimismo, en otra materia: dos Gobiernos y una misma política para erradicar a ETA. Dicho de otro modo, la salida del PNV del Gobierno vasco, no sólo facilita la relación con el Gobierno del Estado, sino que favorece esencialmente la lucha contra ETA.
Los dos Gobiernos, finalmente, tienen una misma política antiterrorista. Es cierto que esta nueva situación ha planteado al jefe del Gobierno de la Nación una dificultad añadida en sus escasos apoyos en el Parlamento de la Nación, particularmente en el Congreso, donde ha dejado de contar con el PNV en momentos críticos, como la aprobación de los Presupuestos Generales logrado a cambio del apoyo que los socialistas daban en el Parlamento de Vitoria a los presupuestos del PNV…
Pero insiste Zapatero en que habrá valido la pena afrontar los problemas que le acechan al perder el apoyo de los nacionalistas vascos. Y mientras, esas relaciones PSE-PNV no terminan de registrar mejoría: en las últimas semanas, el PNV se ha quejado de que se haya sugerido que con ellos no avanzaba suficientemente la lucha contra los terroristas de ETA. Ahora se sabe que el Gobierno vasco de Patxi López ha detectado graves irregularidades en la gestión del PNV en la sanidad pública…
Pero hay otra cuestión candente en lo que se refiere a la relación del Gobierno central del Estado con una comunidad autonómica. Me refiero a la decisión adoptada ayer por el Parlamento de Cataluña de aprobar una histórica Ley de Educación que es valorada de manera muy distinta tanto en medios informativos como en ámbitos políticos.
Mientras para la prensa catalana, por ejemplo, «se inicia la reforma de la escuela, y la norma nace con vocación de perdurar, al ser apoyada por socialistas y convergentes» -como señala un diario-, o que «Cataluña blinda con un amplio apoyo la ley educativa, que nace con el respaldo del 75 por 100 de los diputados, de CiU, PSC y ERC», en cambio, en los diarios de Madrid se critica con severidad esa Ley: dice un periódico que Cataluña consuma la secesión lingüística, y en otro, que la alianza de PSC y CiU destierra el castellano de las aulas de Cataluña, norma que blinda la inmersión lingüística al abolir la tercera hora en español. Es evidente que la ley suscitará nuevas controversias…
Y en este capítulo de las relaciones con los Gobiernos autonómicos, se sigue esperando el momento en que, finalmente, se cierre el asunto de la financiación a las CCAA. En las últimas semanas, el Gobierno ha tratado de cerrar el acuerdo de las cifras concretas con distintos Gobiernos regionales, tras «pacificar» a catalanes y andaluces. Ayer, el presidente gallego Núñez Feijóo, afirmó que en la reunión que ayer mantuvo con al vicepresidenta Elena Salgado se frenó el avance que había logrado el martes con el otro vicepresidente, Manuel Chaves. Según la información de La Voz de Galicia, Salgado rechazó que la dispersión tenga más peso en la fórmula del reparto de esa financiación que se viene debatiendo… La Xunta sospecha que la vicepresidenta está atada por otros pactos cerraos con anterioridad. Dicho de otro modo, que el sudoku sigue ofreciendo la complicación de cerrarlo a satisfacción de todos y de cada uno…
