Fermín Bocos – El viejo y el nuevo PSOE.


MADRID, 6 (OTR/PRESS)

Se podría creer que los dirigentes del PSOE que ganaron las elecciones en 1982 tenían una enorme carga doctrinal, incluso dogmática, y que por tanto llevarían a la práctica todo su ideario sin quitar ni una coma. Pero no fue así. Quizá por que quien era su líder de entonces, Felipe González, tendía a cuestionar y saltarse los dogmas de la ortodoxia socialista, y como su liderazgo era tan fuerte dentro de su partido pudo virar por derroteros inesperados incluso para los suyos.

Pensemos en la OTAN. Una vez en el poder, ejerciendo como presidente de Gobierno, González cambió de opinión sobre la Alianza Atlántica llegando a la conclusión de que para España era una ventaja, y no un problema, seguir formando parte de este organismo internacional. Para el PSOE supuso un trauma interno tener que seguir a su líder en ese viraje que parecía radical, lo mismo que le sucedió a buena parte de la opinión pública española.

En aquel momento, pertenecer a la OTAN era tanto como formar parte del club de los enemigos y supuso un shock para muchos bienintencionados militantes de izquierda.

Pero si algo demostraron Felipe González y sus primeros gobiernos fue que eran capaces de cambiar de opinión ante determinadas realidades o de matizarlas al menos. Como también tuvieron claro que aunque ganaban elecciones por mayorías rotundas y podían imponer con rotundidad su ideario esa no era la mejor manera de gobernar sino que trataron en la medida de lo posible de gobernar para todos, incluidos los que no les habían votado. De ahí que durante muchos años en las encuestas González no tuviera rechazo ni siquiera entre quienes no le votaban. Es decir no alimentaba ninguna animadversión.

Hoy nos gobierna un socialista muy diferente. El presidente Rodríguez Zapatero no es un político al que la realidad o la experiencia le lleven con facilidad a matizar su opinión. Sólo las encuestas son capaces de conmover su animo.

El presidente Rodríguez Zapatero gobierna para quienes le han votado, sin tener en cuenta esos otros millones de ciudadanos. Es evidente que si un partido gana unas elecciones tiene que hacer realidad su programa electoral, pero hay asuntos en los que la experiencia de gobierno puede llevar a matizar ese programa o la manera de llevarlo adelante.

Nuestro presidente a veces es víctima de sí mismo, de su falta de ductilidad a la hora de gobernar, de desprenderse de ideas previas ante la realidad. Hace unos días, el presidente decidió que la central de Garoña no debe de estar en funcionamiento más allá del 2013. Zapatero mantiene una firme política antinuclear y este fin de semana anunciaba la presentación de un plan energético, que dicho sea de paso, ya prometió presentarlo en el 2007. Si algo es necesario es que se presente ese plan y a partir de ahí abrir un debate sobre este controvertido asunto.

España compra energía nuclear a Francia y algunas centrales francesas están muy cerca de la frontera española, de manera que si un día hubiera un accidente nuestro país se vería afectado. La cuestión es ¿es mejor depender energéticamente de otros países o producir nuestra propia energía? ¿Es posible que España satisfaga sus necesidades energéticas sólo a través de las energías alternativas? ¿Cuánto cuestan esas energías renovables?. Estas y otras preguntas son las que debe de responder el Gobierno y sobre las que deben de estar debidamente informados los ciudadanos.

La posición clásica de la izquierda es rechazar la energía nuclear, sin embargo hay socialistas del «viejo» PSOE como González o Solana, que plantean la necesidad de ese debate e incluso se han mostrado partidarios de la continuidad de Garoña. Seguramente si Felipe González fuera presidente hoy abriría ese debate sobre la energía nuclear en la sociedad, evidenciando su cambio de pensamiento. Pero nuestro presidente no sólo no duda sino que no cambia de posición jamás. Salvo que lo manden las encuestas. De lo dicho por él este fin de semana sabemos que va a mandar una ley al Parlamento que fije la vida de las centrales nucleares, algo sin duda necesario, pero también ha expresado algo más y es su rechazo a lo nuclear, de manera que es urgente que nos diga cómo y con cuáles energías va a contar España en el futuro.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído