Charo Reina supera en estos días su último desengaño amoroso. El es Ricardo Vicente, un actor murciano de 40 años bastante atractivo y con un porte impecable. He visto su foto y bien podría ser un galán de telenovela, (de las modernas, no de las del siglo pasado). Lo cierto es que desde que se separó de su marido, ese hombre que ella ha borrado de su mente por la mala vida que le dio, la Reina cambió sus gustos masculinos y desde hace años se decanta por hombres de alto voltaje en atractivo y si es posible unos añitos más jóvenes que ella.
Eso nunca viene mal, y si no que se lo digan a Kilye Minogue que no pierde de vista a su macizo y cotizado Velencoso o a Eugenia Martínez de Irujo cuyo cutis mejoró coincidiendo con su noviazgo con Gonzalo Miró, catorce primaveras menos que la hija de la Duquesa de Alba.
Sin embargo, una vez más Charo Reina sufre las secuelas de un amor fallido: «Le dejé hace seis semanas y lo estoy pasando francamente mal, estoy enamorada de Ricardo pero veo que lo nuestro no puede seguir. Los dos somos actores y creo que siempre está por ahí el fantasma de los celos profesionales. Verás, cuando estábamos juntos yo le propuse a un productor que sería muy bonito vernos a Ricardo y a mi en el escenario haciendo alguna obra divertida. La idea fue mía y mi novio empezó a pensar que yo no le valoraba como actor. Se equivoca, yo soy una mujer generosa, tú lo sabes, si tengo cincuenta doy cien, me entrego incondicionalmente, no soy interesada. El no ha sabido entenderme. Es complicada la relación cuando los dos tenemos la misma profesión. Los egos y el narcisismo flotan en el ambiente y eso no va conmigo».
La pareja se conoció el pasado invierno en la fiesta de unos amigos comunes. «El flechazo fue instantáneo» y como diría Mecano; «y cayó entre mis brazos». Así me lo cuenta la actriz que una vez más hace de tripas corazón e intenta disimular la tristeza que siente por haber apostado de nuevo a caballo perdedor.
Charo me cuenta que Ricardo se ha puesto en contacto con ella para intentar retomar la relación. «Segundas partes nunca fueron buenas, cuando zanjas una historia tienes que pasar página aunque te duela el corazón» asegura.
Ese dolor no es nuevo para ella, ya lo experimentó en su ruptura con Pablo, ese joven empresario con el que la artista compartió los años más felices de su vida en pareja. «Pablo ha sido, es y será el amor de mi vida, nunca me ha querido un hombre tanto como él y no creo que me encuentre a otro en el camino que esté a su altura humana. Me amaba mucho y ahora me arrepiento de haberle dejado. Durante un tiempo mantuvimos nuestra amistad después de la ruptura, pero ahora ya ni eso, un mal entendido nos abocó a romper definitivamente el contacto. El no ha rehecho su vida y yo tampoco, pero como te comentaba anteriormente no creo en las segundas partes. Ya tuve una segunda parte con mi ex marido y lo pasé muy mal porque me maltrató y humilló hasta la saciedad».
Pero no todo son dolores de cabeza para la artista, sus hijos Arturo y Fran son el eje de su vida. El mayor cumplirá este mes 26 años, es guapísimo y muy listo; ha terminado Biológicas y es una figurita jugando al Rugby. «Soy la madrina del equipo de mi hijo, juega desde que es un niño y compiten a nivel internacional, les acompaño a muchos torneos. Ahora planean uno en Londres. El pequeño será mayor de edad dentro de unos días y me ha traído unas notas de sobresaliente. Estoy muy orgullosa de mis hijos, son mi vida, por eso no quiero enamorarme de alguien que me pueda dañar y por extensión les perjudique a ellos. Hace tiempo que les prometí que nunca más volverían a verme llorar».
En las últimas semanas la folclórica ha estado en el punto de mira a raíz de sus polémicas declaraciones sobre María del Monte y el «supuesto» veto que esta ejerce en su programa de Canal Sur. Charro se mantiene en sus trece: «el otro día me dijo un periodista que María del Monte iba diciendo, como siempre detrás de cámara, que se vería las caras conmigo donde tenía que ser en los juzgados, pero a mi no me ha llegado nada. No creo que esto llegue a más, pero si así fuese yo voy a por todas».
