José Cavero – A favor y en contra


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

El nuevo modelo de financiación autonómico anunciado al mediodía del domingo por la vicepresidenta Elena Salgado, sigue proporcionando reacciones adversas y favorables. En uno y en otro sentido, hay manifestaciones extraordinariamente severas, de aplauso o de descalificación global, igualmente. En la reunión del Consejo Fiscal y Financiero del próximo día 15 veremos de nuevo estas reacciones, posiblemente un poco más concertadas e incluso organizadas. De antemano, se puede observar la hostilidad de los convergentes y de los populares, de manera similar y coincidente. Según Mas, es una financiación ilegal en plazos e insuficiente en recursos.

Recordemos que había reclamado cinco mil millones para Cataluña… Resulta curioso que los convergentes catalanes de Artur Mas se han mostrado tan beligerantes cuando al resto de la nación ha llegado con profusión la idea de que la negociación se ha esforzado en dar satisfacción a las aspiraciones de Cataluña, esencialmente de Esquerra Republicana de Cataluña. Para Mas, en cambio, el acuerdo anunciado es contrario al Estatut, ni más ni menos. También es sumamente hostil, con carácter general, el PP en las Comunidades que gobierna: Madrid, Galicia, Castilla y León…

Pero, el acuerdo de financiación permite al PSOE y a Zapatero atisbar su salida del aislamiento que ha padecido en el Parlamento durante el primer año de la legislatura. Ahora se abre la puerta a que pueda contar con apoyos de fuerzas nacionalistas -para empezar, con ERC- representadas en el Congreso, que se negaban a cualquier apoyo hasta alcanzar un acuerdo satisfactorio sobre la financiación autonómica para Cataluña.

Los 11 meses de negociación y de retraso en el acuerdo, y las más de 100 reuniones del Ejecutivo con las 15 comunidades autónomas de régimen común -quedan fuera País Vasco, Navarra, Ceuta y Melilla, con regímenes específicos-, culminaban finalmente en un modelo de financiación en el que el 80 por ciento de los recursos del sistema será destinado a garantizar igual financiación para todos los ciudadanos en los servicios públicos fundamentales, Educación, Sanidad y Servicios sociales. Esto permite a Salgado a concluir que es «más equitativo» que el anterior, que data de 2001. Pero, sobre todo, con este acuerdo de financiación autonómica, Zapatero termina con un año de tensiones con la Generalitat de Cataluña, desde que en agosto del pasado año no cumplió con la exigencia de su presidente, José Montilla, de culminar el acuerdo de financiación para esa fecha. Además, el apoyo de ERC e ICV al acuerdo sobre financiación consolida al Ejecutivo tripartito catalán a sólo un año de las elecciones catalanas y deja aislada a CiU. El gobierno socialista, no sólo espera contar con el apoyo de los tres escaños de ERC y el de ICV cuando se vote el modelo de financiación autonómico. En medios gubernamentales se confía en que la distante actitud de ERC en el Congreso cambie y el diálogo pueda ser, en adelante, mucho más fructífero. Estos interlocutores no niegan que tienen puestas sus expectativas en los próximos Presupuestos Generales del Estado. En el Congreso se verá si el apoyo de ERC al nuevo modelo de financiación se puede extender a otras materias fundamentales.

En los planes gubernamentales y de la dirección del Grupo Socialista entra también la relación con los dos diputados de Coalición Canaria, los dos del BNG y el diputado de UPN. Pero con anterioridad, el acuerdo deberá ser aprobado, el miércoles, por mayoría, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, el órgano mixto compuesto por el Gobierno y las comunidades. El Ejecutivo tiene el 50% de los votos y el respaldo de las comunidades socialistas. También se espera el voto de Cantabria, cogobernada por el PRC y PSC, y de Canarias, dirigida por un gobierno de Coalición Canaria y del PP. En cuanto a las comunidades del PP, con seguridad rechazarán el nuevo modelo, -ya ha dicho Montoro que es un modelo antisocial- si bien tomarán el dinero que les corresponde en el reparto, en el marco de las comisiones mixtas de traspasos que celebrará el Gobierno con cada comunidad. El Grupo Popular también votará en contra cuando el acuerdo llegue en forma de ley orgánica al Congreso, pero Zapatero tendrá asegurada la mayoría absoluta con el apoyo de ERC, ICV, Coalición Canaria y BNG.

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