José Cavero – El bebé de Dalilah.


MADRID, 14 (OTR/PRESS)

Dalilah era la joven marroquí que resultó primera víctima mortal de la Gripe A en España. Aquella muerte ya dio ocasión de abrir una abultada polémica, porque sus familiares denunciaron que Dalilah había sido ingresada en tres ocasiones en servicios de urgencia madrileños y sólo en la tercera le había sido diagnosticada la enfermedad de la que falleció. Las autoridades sanitarias y médicas de la Comunidad replicaron que había tenido las mejores atenciones…

Pues bien, aquella muchacha, en sus días finales, fue intervenida de una cesárea, y dio a luz a un hijo prematuro, sietemesino, llamado Rayan. El bebé de Dalilah, la joven de 19 años falleció, según informaron fuentes del Hospital Gregorio Marañón, por lo que el propio hospital ha calificado de error fatal error terrorífico: una enfermera inyectó por equivocación suero lácteo al bebé. La enfermera hacía su primer día de servicio en Neonatos y estaba haciendo una sustitución en el centro desde hacía algunos meses. Lo cierto es que este triste desenlace estuvo provocado por un error clínico inadmisible.

Fuentes solventes han explicado que la enfermera encargada de la atención del bebé habría suministrado leche por vía intravenosa en lugar por una sonda. A las nueve de la noche del domingo se le administró la alimentación por vía venosa en vez de por la sonda nasogástrica. Un hora más tarde, a las diez, se dieron cuenta del error e intentaron salvar la vida del bebé, que fallecía el lunes a las 12:30 horas. El hospital no ha tenido más remedio que «asumir el terrorífico error médico y todo tipo de responsabilidades». El propio director-gerente del hospital Gregorio Marañón, Antonio Barba, ha afirmado que «no hay excusas».

La controversia, por consiguiente, está abierta, y está mereciendo toda suerte de atenciones médicas, sanitarias, de los responsables políticos y de la opinión pública en general que está juzgando los aspectos inadmisibles en este caso, con dos víctimas mortales: Dalilah y Rayan. ¿Cómo fue posible que una enfermera sin experiencia alguna en materia tan delicada como los neonatos quedara al frente de ese servicio y pudiera cometer el estrepitoso error de proporcionar alimentación a un bebé prematuro y delicadísimo por vía intravenosa, y no por la sonda nasogástrica? Por fortuna, los propios médicos del centro han sido los primeros en denunciar la tragedia y la irresponsabilidad que la hizo posible. ¿Es efecto de una penosa falta de personal? ¿es consecuencia de la irresponsabilidad manifiesta de los mandos del centro médico, con resultado de muerte?

Por fortuna, los medios informativos han sido rápidos en reaccionar y destacar el escándalo. Hoy, diarios como El País, El Mundo, ABC, El Periódico de Cataluña, La Vanguardia, La Razón, La Voz de Galicia, La Verdad de Murcia, entre muchos otros, han situado esta terrible noticia entre sus asuntos de primera página, en la mayor parte de los casos con importante relieve tipográfico. Y en muchos de estos medios informativos, como en programas de radio y televisión, se preguntan por la sinrazón del suceso y por las responsabilidades que deberían adoptarse contra quien ha permitido que la tragedia se haya producido.

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