MADRID, 14 (OTR/PRESS) Siempre he pensado que uno de los mayores atractivos de la profesión periodística es que te empuja a la sorpresa, y eso fue lo que me ocurrió el pasado domingo con José Miguel Fernández Sastrón. Me sorprendió gratamente, prueba irrefutable de que gana puntos en las distancias cortas.
Mi amiga, la exitosa abogada Cruz Sánchez de Lara, organizó una gran fiesta en su casa para celebrar el 34 cumpleaños de Ruth Gabriel, ambas colaboran activamente en la Plataforma de Mujeres Artistas liderada por la cantante Cristina del Valle. La asturiana que este verano saborea el éxito de «Tiempos Rotos», acudió acompañada de Eisa Alfoweis, su inseparable media naranja de origen palestino con quien comparte su vida desde hace unos años.
La simpatiquísima Lidia San José también ayudó a ultimar detalles de un evento en el que corrió el mejor vino y en el que los únicos requisitos eran llevar una prenda blanca y estar de buen rollo. Sin duda alguna, esto lo demostró en todo momento el ex de Simoneta. Llegó más tarde que el resto, pero he de decir que fue el último en marcharse. Su regalo de cumpleaños resultó ser todo un acierto; un par de libros sobre la Historia del Cine Español en el que evidentemente aparece Ruth Gabriel. Recordemos que la gaditana se llevó el Goya a la mejor Actriz Revelación por «Días Contados» de Imanol Uribe.
El compositor y la actriz se conocieron hace apenas unos días en la madrileña Plaza de Santa Ana, pero han conectado de maravilla y ahora comparten amistades y fiestas de cumpleaños. Su feeling es tan solo amistoso, no carnal, y eso me consta por ambas partes. Ellos tienen miras distintas, tal vez por eso su amistad perdure durante mucho tiempo.
A sus 51 años y a punto de celebrar su décimo noveno aniversario de boda con Simoneta Gómez Acebo, el compositor y la sobrina del Rey se han separado. Hasta hace apenas unos días la imagen que yo tenía de Sastrón era más bien la de un hombre tímido, serio, distante y tristón. Llegué a confesarle mis impresiones y asintió con la cabeza entendiendo que ya sabía él las conjeturas que se hacían sobre su persona, sobre todo de cara a la opinión pública que no le conoce de cerca. Formar parte de la familia Real implica mantener las distancias y una discreción que puede rozar la antipatía. Retiro lo dicho, porque este hombre me resultó sumamente encantador, es buen conversador, ocurrente, le gusta bromear y se ríe constantemente.
Disfrutó de la velada, se notaba, nos presentó a su amigo Chema que en más de una ocasión puso en un aprieto a Sastrón, sobre todo cuando recordaba alguna anécdota que habían vivido juntos recientemente y que disculpen, pero no lo puedo contar aquí. Cierto sería, porque al ex de Simoneta le brotaban los colores mientras esbozaba alguna sonrisa picara que delataba su complicidad.
La separación de la pareja de momento tan solo es física, porque al parecer, ni una ni otra parte ha puesto el asunto en manos de abogados. Es posible que dejen correr el verano y aunque algunos comentan que podrían retomar en otoño, yo apuesto por una separación definitiva, pero esto es solo un palpito personal nada oficial.
Simoneta se ha quedado en el domicilio donde vivía el matrimonio en Puerta de Hierrro mientras que José Miguel se ha instalado en casa de sus padres. Sastrón no llora por las esquinas su reciente separación matrimonial, muy al contrario de esa imagen negativa, él se muestra optimista y con muchas ganas de superar este bache sentimental. Ahora se apoya en sus amigos y disfruta de las fiestas de verano como uno más. Apuesto a que Sastrón es ya un abonado seguro a las fiestas que organice Cruz Sánchez de Lara. Son divertidísimas.
