MADRID, 15 (OTR/PRESS)
Finalmente, esta tarde del miércoles, 15 de julio, se desarrolla la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, del que forman parte los consejeros de economía de los Gobiernos autonómicos, para debatir, y en su caso aprobar, el nuevo modelo de financiación autonómica anunciado el domingo por la vicepresidenta económica Elena Salgado, y que han estado examinando con detalle cada uno de los gobiernos autonómicos en lo que a cada cual corresponde, y lo que corresponde a las restantes comunidades.
El Partido popular reunió el martes a los consejeros de economía de sus propias autonomías y decidieron dar su voto negativo al modelo, que consideran injusto e insolidario, y una gran chapuza técnica, según la descalificación que ayer hizo Mariano Rajoy. También Cristóbal Montoro, como Antonio Beteta, han expresado su desaprobación del modelo de reparto, que consideran que responde al interés específico del Gobierno por llevarse bien, sobre todo, con el triparto catalán, el más beneficiado por el modelo. En cambio, la vicepresidenta Salgado confía en que terminarán dando su apoyo. De momento, lo que es seguro es que los Gobiernos autonómicos del PP aceptarán el nuevo reparto de dinero, aunque voten en contra o, preferentemente, se abstengan…
En cambio, la satisfacción de los partidos que gobiernan Cataluña es bien visible y apreciable, contrariamente a lo que sucede con CiU, cuyos dirigentes Artur Mas y José Antonio Durán i Lleida han explicado su desacuerdo. Los tres partidos que gobiernan Cataluña, PSC, ERC y IU-ICV han expresado reiteradamente su satisfacción porque el nuevo modelo asume su propia filosofía de financiación de la comunidad, mientras las restantes observan que, de hecho, esa fórmula nueva, hace que los catalanes se queden para su uso propio todo lo que recaudan en su comunidad, sin aportación alguna a las restantes comunidades, en el viejo Fondo de Solidaridad del que anteriormente se beneficiaban otros territorios más deprimidos. Las patronales catalanas han reclamado que CiU se sume al entendimiento casi general de los restantes partidos catalanes, por entender que la nueva fórmula de financiación responde a los propósitos que los catalanes habían expresado largamente…
A su vez, y en el polo opuesto, han expresado su descontento, además de Madrid y Valencia, las comunidades de Galicia y de Castilla y León, que dicen ser las más perjudicadas, o al menos las menos beneficiadas, por el nuevo reparto. Con todo, no se dispone todavía del reparto final de fondos que corresponde a cada cual, aunque sí se haya llegado a proclamar que sólo las comunidades de Cataluña y de Andalucía juntas, vienen a percibir casi la mitad de los fondos de financiación autonómica.
En otros medios, se prefiere reparar en los aspectos políticos que el nuevo modelo trae consigo: el jefe del Gobierno y su opción política se verán sensiblemente apoyados en el Parlamento de la Nación y habrá concluido la desconfianza y «desafección» que muchos catalanes venían expresando a este Gobierno, del que se declaraba abiertamente insatisfecho. Parece probable que el PSOE y Zapatero dispondrán de apoyos suficientes para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, además de la propia ley que contiene el modelo autonómico, pese a los votos contrarios de PP y CiU.
En medios próximos al Gobierno llega a proclamarse que da comienzo una etapa nueva, mucho más fácil y que no estará necesitada de buscar un nuevo socio para cada una de las iniciativas parlamentarias socialistas, que contarán, de manera automática, con una serie de fuerzas políticas «afectas» como BNG, CC, ERC, UCV-IU, Na-Bai, y tal vez en PNV, que tras su oferta de colaboración con los gobiernos de Euskadi y Central, podría iniciar una nueva etapa de colaboración, contrariamente a lo que ha venido sucediendo tras las elecciones de marzo en Euskadi, y tras el entendimiento al que llegaron PSE y PP para constituir la mayoría que gobierna en Euskadi. Pero esta posibilidad parece aún necesitada de concreción…
