Fermín Bocos – Obama y Zapatero.


MADRID, 17 (OTR/PRESS)

Pues va a ser que sí. Obama aprecia a Zapatero y le ha invitado a participar en la próxima reunión del G-20 que se celebrará en la ciudad de Pittsburg. Me parece una buena noticia. Buena más allá de la urdimbre propagandística a la que dará pie la invitación -supongo que Leire Pajín estará levitando-. Buena noticia porque quiere decir que, definitivamente, se han recompuesto las relaciones políticas entre Washington y Madrid; relaciones abrasadas en tiempos de la presidencia de Georges Bush a cuenta de la retirada de las tropas españolas de Iraq. Decía Norman Birbaum que Estados Unidos es un país en el que la Historia sólo la conocen los historiadores y eso explicaría el por qué tantos norteamericanos ignoran la gran presencia que tuvieron los españoles en los albores de aquella gran nación. Por no hablar de la ayuda que Georges Washington recibió de España en su lucha contra Inglaterra.

Aznar nunca debió viajar a las Azores para respaldar a Bush en la invasión de Iraq -la Historia ha juzgado ya como fallida aquella aventura política de la que el propio Barak Obama se está desembarazando-. El mal rollo que caracterizó la relación de la Administración Bush durante la primera legislatura de Zapatero, sólo es un desagradable recuerdo. Ahora las relaciones han vuelto a su cauce natural de países amigos y aliados. Con todos sus defectos -que sabe corregir en las urnas- América es la primera democracia del mundo; un país admirable en muchos registros. Tengo para mí que la amistad con aquella gran nación nos enriquece. Por eso me parece una buena noticia la invitación de Obama a Zapatero. Buena, como digo, al margen de los previsible excesos de propaganda que aparejará en su narración televisiva.

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