José Cavero – Dos lideresas del PP.


MADRID, 20 (OTR/PRESS)

Sigue desgranándose, dato a dato, el caso Gurtel, que incomoda y lacera desde hace meses al PP. Hoy se revela que la baja B de Correa anotó 90.000 euros para el ex secretario de Aznar, Antonio Cámara, quien habría trabajado varios meses para una de las sociedades de la trama corrupta tras abandonar al ex presidente de Moncloa. Se destaca también lo que dice el presidente navarro, Miguel Sanz, sobre otro de los implicados, Luis Bárcenas: «A mí Bárcenas me dura cinco minutos».

Pero, sobre todo, ha reclamado atenciones especiales la revelación conocida este último fin de semana de que también Rita Barberá, alcaldesa valenciana, habría recibido «dádivas» de los dirigentes de la trama Gürtel en la Comunidad Valenciana, en forma de bolsos de Louis Vouitton. Rita Barberá ha mostrado el enojo que le causa la revelación de esta parte del sumario que le afecta, como lo demuestra el PP en su conjunto, que llega a acusar al Gobierno de «montar una campaña», mediante la filtración del Caso Gurtel, para aniquilar al principal partido de la oposición.

Barberá, han recordado todos los medios, había sido quien defendió con mayor entusiasmo, pero con eficacia discutible, a Camps, y trató de reducir la importancia de que «su presidente» valenciano pudiera haber recibido el regalo de «unos pocos trajes», regalo que comparó, por su insignificancia, a las anchoas que Revilla regala a Zapatero, Rajoy y otros dirigentes políticos. Después de esa defensa apasionada de su correligionario y vecino valenciano, resulta que ella misma se ve necesitada de defensa por el mismo presunto delito de cohecho…

Y por si fueran pocas y de insuficiente relevancia estas preocupaciones, en el PP vuelve a resultar motivo de preocupación la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, por sus ácidas críticas contra la dirección del partido que le forzó a abstenerse, y no votar en contra, de la nueva fórmula de financiación autonómica. Aguirre menciona expresamente a Javier Arenas, de la Ejecutiva del PP, como causante de esa orden que acataron todos los consejeros de Economía y Finanzas del PP, pero parece más probable que estuviera pensando en el liderazgo de Rajoy, muy a menudo en discusión y en debate por parte de la lideresa.

No parece, en efecto, que en una decisión de esa importancia, se hubiera impuesto la opinión de Arenas sin el aval de Rajoy. Es cierto que, tras las descalificaciones globales y rotundas que desde el PP se hicieron a esa fórmula de financiación, «discriminatoria, injusta e insolidaria», el PP «sólo» se diera por satisfecho con una abstención, y no con el voto en contra. Pero parece una confesión tardía…

Pero no deja de ser una gota más entre las preocupaciones que pesan sobre la dirección del PP, ahora mismo atacada, sobre todo, por su pasividad con la que está comportándose ante el Caso Bárcenas, a quien una buena parte de los militantes del partido ya no otorgan el beneficio de la duda. Han sido ya multitud las figuras del PP, desde Martínez Pujalte a Basagoiti, desde Beteta a Miguel Sanz, que han coincidido en proclamar que ellos hubieran actuado de manera distinta. Distinta a la de Bárcenas, pero también distinta a la de Rajoy, que es compañero de despacho del tesorero del PP. Claro está que hay un precedente y una referencia inevitable: si hay severidad y exigencia con Bárcenas, ¿por qué no con Camps, y ahora con Barberá?…

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído