Fernando Jáuregui – No te va a gustar – Temo que Rajoy se equivoca.


MADRID, 21 (OTR/PRESS)

Ignoro, aunque temo que lo imagino, si el tesorero del Partido Popular y senador por Cantabria, Luis Bárcenas, está chantajeando a su partido con lo que sabe, y cuánto lo chantajea, en el caso de que así sea. Pero sé positivamente que Bárcenas, que este miércoles ha de acudir a declarar ante el Supremo -donde él dice que todo se aclarará-, está causando, con su presencia en el despacho desde el que se organizan las finanzas de la principal formación de la oposición, un serio daño a su partido y a las posibilidades de Mariano Rajoy de llegar a La Moncloa, precisamente ahora que al PP le sonríen, tímidamente, las encuestas.

Y, solamente por ello, Bárcenas, inocente -que lo presumo_ o culpable, tendría que haber dimitido. Y, solamente por ello, y por si acaso la sombra de algún tipo de amenaza con revelar lo que conoce, mucho o poco, sobre posibles irregularidades financieras, se malinterpreta como un chantaje, Mariano Rajoy tendría que haberlo cesado, que puede hacerlo. Y debe. Porque mucho peor es la sospecha de qué pueda contenerse en esas cajas de documentos que dicen que Bárcenas se llevó de Génova que la más lamentable de las realidades. Mucho peor es la especie que algún gabinete de comunicación -vaya usted a saber contratado por quién_ va esparciendo, en el sentido de que a Bárcenas «no se atreven a echarlo», que el hecho de que algún «veterano» del partido tenga que ponerse colorado o, incluso, que acudir ante los tribunales.

Creo en la honradez a carta cabal de Mariano Rajoy y de su actual equipo. Ignoro lo que hubo en las cuentas del PP, antes AP, en el pasado. Comprendo las dificultades de financiación que han tenido que afrontar los partidos políticos, sometidos a elecciones y comprometidos en fastos que a veces no saben cómo pagar; las comprendo, pero no las disculpo, ni creo que la sociedad deba hacerlo. Me parece que es hora de hacer borrón y cuenta nueva de aquellos funcionamientos cuando menos irregulares y algunos presumiblemente corruptos. Rajoy tiene la oportunidad, pase lo que pase este miércoles en el Tribunal Supremo, de iniciar esa necesaria regeneración. No sé qué puede ocurrir si pierde esta oportunidad, pero ha de saber que, en este caso, es muy dudoso que las vacaciones agosteñas, que amparan todo olvido, acudan en su ayuda.

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