MADRID, 22 (OTR/PRESS)
Los famosos «brotes verdes» que la vicepresidente económica Salgado evocó para lanzar una señal de alivio sobre la crisis al asustado personal ya tienen su correspondiente eufemismo para el horror generalizado que causa el paro. Para el ministro de Trabajo Corbacho, todo indica que la Encuesta de Población Activa (EPA) que sale este viernes mostrará «un cambio tímido» de tendencia a mejor aunque aun persistan los efectos de la grave destrucción de empleo que se ha cobrado el primer trimestre de este 2009. La mejora de los indicadores de confianza de los ciudadanos es, según el ministro, la responsable de esta alegría; como la desconfianza lo fue en parte del colapso del consumo a decir de tantos expertos como vienen tratando de explicarnos a los legos desde que echó a rodar esta crisis que las profecías económicas tienden a autocumplirse. Y yo, que de esto se lo justo para defenderme, solo puedo desear que ese cambio del que habla el ministro sea cierto y se empiece a ver ya algo de luz en el túnel del paro, aunque sea tímida y menor que la cabeza de un alfiler
El paro es una estadística pero los parados no. Con las cifras del paro se puede jugar a malabares porque las encuestas se pueden «cocinar» a gusto del consumidor: con la esperanza de los parados en salir del hoyo, sin embargo, nadie debería jugar y menos el gobierno. Sería un juego demasiado cruel incluso para la política de quinta al uso. A esto es a lo que se refiere el deseo que expreso de que el ministro de Trabajo sepa de lo que habla y esté en lo cierto cuando habla de «cambio tímido». A favor: no solo él ve posibles cambios en la tendencia del paro, bastantes gabinetes de estudios, institutos y expertos de alto copete intelectual son de esa misma opinión. Pero inmediatamente después de decir esto hay que advertir que también coinciden en que los perores efectos a pie de calle de la crisis podrían estar por llegar a partir de este otoño
Cuando el frío apuntille el repunte del empleo por el turismo, muchos auguran que el desempleo repuntará como un cohete. El círculo infernal es conocido, si el crédito bancario no fluye las empresas tienen que hacer ERE»s para sobrevivir, lo que es igual a paro; y si el crédito sigue sin llegar, agotada la caja de resistencia del colchón o del calcetín, tienen que bajar la persiana y mandar al paro también a los supervivientes de los ERE»s. Si el ministro de Trabajo habla con fundamento de «cambio tímido» estamos de enhorabuena, datos para saber de lo que habla no le faltan. Pero, justo por eso, si está haciendo demagogia electorera a sabiendas sería imperdonable.
