José Cavero – El diálogo social, encallado.


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Será preciso hacer nuevos esfuerzos y otros intentos. Porque el Gobierno y los agentes sociales mantuvieron ayer sus posiciones en torno al diálogo social en la cena que compartieron en el Palacio de La Moncloa convocada por el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero. La cena no tuvo la utilidad que algunos habían previsto y, después de tres horas y media, acabó sin acuerdo y sin acercamiento alguno. Zapatero y los líderes sindicales intentaron convencer al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, de la importancia del diálogo social y de las posibilidades del tercer borrador enviado por el Gobierno el lunes como referente de la negociación.

Pero el dirigente de la patronal no dio su brazo a torcer y repitió la puesta en escena que horas antes habían anticipado sus representantes en la reunión mantenida con los segundos espadas del Ejecutivo y sindicatos. Díaz Ferrán volvió a demandar más rebajas en las cotizaciones empresariales (pide cinco puntos) y una reforma laboral. En esta ocasión, Zapatero no pudo hacer gala de las «habilidades» en las que confiaban las centrales, ni echar mano a la chequera. El único punto en común entre los comensales fue el compromiso de la patronal de enviar hoy jueves un documento que detalle todas sus condiciones para llegar a un acuerdo. De manera que el habitual carisma de Zapatero no fue suficiente.

La reunión comenzó cerca de las 21.30 de la noche con la sospecha de que desde La Moncloa se intentó desactivar el encuentro. Se asegura que hasta cerca de la una de la madrugada no salieron del complejo presidencial los vehículos que trasladaron a los secretarios generales de UGT y CC.OO. -Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo-, así como a los presidentes de la CEOE y de Cepyme, Gerardo Díaz Ferrán y Jesús Bárcenas, respectivamente. Según fuentes sindicales, Díaz Ferrán reprodujo durante esas tres horas y media el mismo «esquema argumental de la tarde», después de haber obtenido el respaldo de su Comité Ejecutivo celebrado durante la mañana.

De manera que todo queda a la espera de ese informe que hoy mismo harán llegar a La Moncloa los representantes de los patronos, con sus planteamientos expuestos en todo detalle. A partir de ahí, se verá lo que el Gobierno está en condiciones de hacer, o a quién se reclama que ceda algo más en sus posiciones para salir de este atolladero. Desde luego, ceder hasta los cinco puntos en la rebaja de las cotizaciones empresariales no parece probable, pero tal vez sí dos…

Y de otro lado, es seguro que los patronos aspiran a replantear su otra aspiración pendiente: la reforma del mercado laboral, o sea, el contrato único para todos los trabajadores. Lo que parece evidente es que nadie quiere dar por definitivamente rotas las negociaciones. Se prefiere prolongar la posibilidad de llegar a alguna clase de acuerdo, superando el actual bloqueo, y aunque en la actualidad se haya llegado al borde de la ruptura. Hasta el último momento, se confió en las «habilidades de Zapatero», pero esta vez no resultaron suficientes. Por lo menos, de momento, y a la espera del siguiente intento, que podría producirse en los días siguientes, para dejar resuelta esta papeleta antes de las vacaciones de agosto.

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