José Cavero – Los empresarios cierran filas.


MADRID, 29 (OTR/PRESS)

Tal y como estaba previsto, la convocatoria de Díaz Ferrán a los empresarios de la CEOE le ha dado un abundante balón de oxígeno al superpatrón de patronos, tras la ruptura de la mesa de diálogo social. Contrariamente a lo que algunos habían predicho, no hubo disensiones ni «matices», y Ferrán se ha podido presentar como primer partidario de ese diálogo roto el pasado viernes, después de que el gobierno y los sindicatos hubieran abandonado las sesiones de trabajo iniciadas hacía un año. Ferrán y sus colegas están decididos a reanudar ese diálogo, «sin perímetros ni líneas rojas» y hacerlo apenas se reanude la actividad política, en septiembre.

Pero, ¿tiene posibilidades de éxito esa reanudación que ahora reclaman los empresarios? Es dudoso, según fuentes gubernamentales y sindicales, por igual. Los sindicalistas es probable que en las próximas horas den a conocer su opinión, pero cabe anticipar que será crítica con los patronos. Por más que el Gobierno esté siendo el objeto de ataque de patronos y PP, por igual, pocos tienen dudas de que la posición de los sindicatos, contrarios a la reforma del mercado laboral desde el principio de la negociación, ha determinado ese final abrupto del diálogo social. De ahí que quepa preguntarse qué posibilidades tiene esa reanudación del diálogo que, de momento, sólo reclaman los empresarios.

Precisamente, una de las críticas de CEOE y de Ferrán consiste en que el Gobierno no ha sido árbitro, sino forofo de los sindicatos. No ha sido pieza independiente del diálogo, sino pieza añadida a los sindicatos, a los que se ha sumado sistemáticamente y sin capacidad crítica. Por su parte, el PSOE ya empieza a advertir que los empresarios querían 20.000 millones del Estado, y que replantear esa clase de reclamaciones no podrá conducir a ninguna parte.

Luego, se pasa a las cuestiones personales, y será difícil que se olviden la acidez y severidad de las críticas de estos días de julio, cuando Zapatero y Díaz Ferrán se culparon, el uno al otro, de haber roto el diálogo. Es más, ayer, Díaz Ferrán llamó demagogo a Zapatero por cuestionar la autonomía de la patronal. Por su parte, y a la espera de que se concreten las posiciones de cada cual, sobre todo de los sindicatos, el Gobierno exige un cambio radical de las propuestas patronales, mientras pide a Díaz Ferrán que «deje de enredar». El ministro Corbacho afirma que el mercado laboral español es ya excesivamente flexible, y el secretario de Estado, Carlos Ocaña, advierte de que no aceptará ningún planteamiento que engorde más el déficit. A su vez, la patronal insiste en que su propuesta de recorte de las cotizaciones empresariales no afecta al sistema de pensiones.

Y nadie duda de que nos hallamos ante un auténtico pulso político entre izquierda y derecha: de un lado, Gobierno y sindicatos, y del otro, empresarios y PP. Un pulso político, sindical y de concepción del Estado. Los socialistas mantienen la confrontación con la CEOE, a la que tachan de insolidaria, mientras el PP sale en defensa de los empresarios, y califica de sectario y autoritario a Zapatero.

Y mientras tanto, sospecha la CEOE que las cosas no serán como antes. Se han quebrado las normas mínimas de confianza. Se sospecha que Trabajo buscará las cosquillas a CEOE y que no se descarta que tratará de quitarle poder tras la ruptura de la paz social. Gobierno y CEOE han acentuado sus diferencias en el diálogo social y la apertura de un nuevo capítulo de ese diálogo no resultará sencillo ni tendrá muchas posibilidades de éxito…

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