A la memoria de dos buenos compostelanos


Hace unos días han muerto, debido a duras enfermedades, el canónigo Juan José Cebrian Franco y el farmacéutico y profesor universitario Alejandro Gómez-Ulla Alvarez.

Cebrian Franco tenia 76 años y fue enterrado como canónigo en el claustro de la catedral de Compostela, donde tanto trabajo y a la que tanto defendió, al igual que al Apóstol y al Camino de Santiago para que no se vea desnaturalizada su función espiritual y que corre serio peligro por el estruendo y movidas varias. Cursó Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario Metropolitano de Santiago.

En la Universidad Gregoriana de Roma se licenció en Ciencias Sociales regresando, una vez titulado, a su ciudad natal de Compostela, donde ejerció la docencia en el Seminario, varios institutos de Formación Profesional y se jubiló como profesor en Instituto Xelmírez I. En el Arzobispado de Santiago, entre otras cosas, fue Consiliario Diocesano de la Juventud Obrera; profesor del Seminario Metropolitano; el primer delegado episcopal de Cáritas; Director de la Oficina de Sociología y Estadística del Arzobispado en la que tenía a su cargo el Departamento de Informática y desde la que promovió la pagina Web de la Archidiócesis, de la que era director. Llevó a cabo diferentes publicaciones en el campo de la sociología de la religión (lo invité en varias ocasiones a participar en el ciclo de conferencias que organizo cada curso universitario en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Santiago de Compostela, y lo hizo con éxito) pero también sobre Santiago apóstol y el Camino de Santiago, y colaboró en revistas especializadas y en diversos medios de comunicación. Una de sus ultimas colaboraciones la llevaba a cabo semanalmente en Onda Cero de Santiago de Compostela de la mano del periodista Ramón Castro.

Gómez-Ulla Alvarez tenía 60 años y fue enterrado en la parroquia de Santa María de Biduido, donde tenía su vivienda familiar. Pertenece a una importante tradición de farmacéuticos, en la que figuran su padre y abuelo que fundo la emblemática farmacia compostelana de la Ciudad Vieja Compostelana situada en Porta Faxeira Nº 1, donde me atendieron con amabilidad y competencia mas de una vez, él y el resto del personal. Siguió la saga familiar al frente de la farmacia (que ha transmitido a uno de sus hijos), se hizo profesor titular de Farmacia y Tecnología farmacéutica de la Universidad de Santiago de Compostela y ha publicado diferentes trabajos en relación con la farmacia y su desarrollo. Fue, también, uno de fundadores de Uninova, el vivero de empresas de la Universidad de Santiago de Compostela, no en vano era un promotor del espíritu emprendedor (Schumpeter) y que es muy importante, fundamental para el desarrollo de Santiago, Galicia y España. Se implico activamente en la vida pública, universitaria, empresarial, cultural, deportiva y social de Santiago de Compostela.

Tanto Juan José Cebrian como Alejandro Gómez-Ulla fueron dos compostelanos de pro y especialmente de la Ciudad Vieja, donde te los cruzabas habitualmente y con los que podías intercambiar opiniones sobre sus problemas y mejoras, al igual que sobre otras muchas cosas. Fueron dos compostelanos emprendedores en diversos ámbitos. Santiago ha perdido a dos buenos compostelanos, descansen en paz y vayan para ellos nuestro recuerdo y reconocimiento.

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Autor

Miguel Cancio

Miguel Cancio, profesor universitario durante 40 años y luchador infatigable por la libertad y la inteligencia.

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