José Cavero – La tercera pata del diálogo.


MADRID, 30 (OTR/PRESS)

Primero habló el Gobierno, en voz de Zapatero, para anunciar que el diálogo social no tenía posibilidades dada la cerrazón de la patronal de Díaz Ferrán. A Zapatero le llovieron toda suerte de críticas, sobre todo de los propios patronos y de sus medios de información más afines. La CEOE y Ferrán se esforzaron en explicar que el causante de la ruptura no era otro que el propio Zapatero, «forofo» de los sindicatos y no árbitro de la mesa de negociación social.

A continuación, la propia CEOE reunió a toda su junta directiva y abundó en esos ataques a los otros dos interlocutores de la mesa rota, particularmente Zapatero, causante total de la ruptura. Los patronos insistieron hasta la saciedad en que nadie quiere tanto un acuerdo social y laboral como ellos y que el diálogo debía reanudarse cuanto antes, apenas transcurriera el mes de agosto… Pero que habría que ampliar su temática y las materias a pactar a todos los asuntos que ellos mismos habían expuesto en los ya famosos 16 folios con los que contestaron a la propuesta del Gobierno y sindicatos sobre el punto y medio de rebaja de las cotizaciones sociales.

Por último, han intervenido los sindicatos, en esta comedia, y han sorprendido poco con su posición: desde luego, no están dispuestos a aceptar, de entrada, los planteamientos que hace la CEOE. Ya han hablado todos los interlocutores, y sólo falta esperar a septiembre y comprobar en qué queda todo. Porque los sindicatos, de una parte, y el Gobierno de otra, nadie lo duda, tienen «la sartén por el mango», y es muy probable que adopten sus propias decisiones, al margen de lo que proponga y busque la patronal. Muchas reformas y mucho dinero, según sintetizaba el líder de UGT, Cándido Méndez… El Gobierno tiene el Boletín Oficial y los sindicatos la negociación colectiva y la posibilidad de movilizarse contra los patronos. ¿Quién cederá, y a qué precio?

Una cosa queda clara en este pulso: que los otros dos interlocutores, sindicatos y Gobierno, no están dispuestos a pasar por el aro que le ofrece la patronal y Díaz Ferrán, a quien consideran «hombre políticamente muerto» y necesitado de sucesión con urgencia. Este pulso político entre izquierda y derecha: de un lado, Gobierno y sindicatos, y del otro, empresarios y PP, es también sindical y de concepción del Estado, todo a un tiempo. Los socialistas mantienen la confrontación con la CEOE, a la que tachan de insolidaria, mientras el PP sale en defensa de los empresarios y califica de sectario y autoritario a Zapatero. ¿Quién impondrá sus criterios, finalmente?

De momento, cada cual se marcha de vacaciones y todos quedan citados «para cuando llegue septiembre». Y entonces, se verá la debilidad o fortaleza de cada cual. Y quién puede perder más, en este pulso al que obliga la crisis. Pero es del todo probable que las cosas no serán como antes, por la sencilla razón de que se han quebrado las normas mínimas de confianza entre las partes. En la CEOE se teme que Trabajo les buscará las cosquillas y no descarta que tratará de quitarle poder tras la ruptura de la paz social. Lejos de lo que hubieran deseado, parece evidente que Gobierno-Sindicatos, de un lado, y CEOE-PP, por el otro, han acentuado sus diferencias en el diálogo social y la apertura de un nuevo capítulo de ese diálogo no resultará sencillo ni tendrá muchas posibilidades de éxito… salvo que todo tienda a ir a peor, y no haya más remedio que ceder a las presiones de la economía nacional y todo fuerce a ceder de las posiciones de cada cual…

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