José Cavero – Subvenciones para los parados de agosto


MADRID, 19 (OTR/PRESS)

La reciente decisión del Gobierno de permitir que los parados a quienes se le ha agotado el subsidio pudieran tener acceso a nuevas ayudas, desde el primero de agosto último, ha suscitado abundante controversia en los últimos días, y una vez se conocieron las condiciones exactas de dicho acuerdo, y tras comprobar, muchos de quienes esperaban verse beneficiados, que las condiciones requeridas no eran tan generosas como se les había anunciado, y que consiguientemente muchos de ellos, acaso hasta un millón de desempleados, estarían en riesgo de verse desprotegidos de toda clase de subsidio estatal.

El propio ministro de Fomento, José Blanco, se veía ayer ante la necesidad de responder a las dudas y enfados suscitados entre quienes esperaban esa clase de recompensa prometida de 420 euros mensuales, durante medio año, y desde el primero de año. Blanco, a lo sumo, pudo asegurar que «el gobierno se esforzará en informar mejor sobre esa ayuda…», aceptando el traspiés informativo que habría cometido el Gobierno en sus notas informativas, y más concretamente, el departamento de Trabajo, que finalmente había argumentado que no había dinero para tantos aspirantes a esos nuevos subsidios… El PP ha utilizado esta materia para acusar al Gobierno de insultar e engañar a los parados, mientras los propios sindicatos UGT y CCOO entienden que son insuficientes y discriminatorios esos 420 euros.

Pues bien, desde el Gobierno, y después de que hubiera hablado Blanco, ha sido Javier Orduña, director general del Servicio Público Estatal de Empleo (antiguo Inem), quien se ha visto en la necesidad de afrontar esa misma polémica de las nuevas ayudas al desempleo que en muchas oficinas de empleo no han comenzado con buen pie: Muchas de tales oficinas habrían iniciado la tramitación el lunes sin los formularios y sin detallar los requisitos. El referido director general reduce esos inconvenientes informativos: Explica que de las 711 oficinas existentes en todo el territorio, sólo se han registrado incidencias en 8 ó 10. Aunque admite que es cierto que el primer día registró mayor afluencia y quejas de quienes quedaban excluidos de las ayudas. Pero, añade, «el operativo funcionó bien. Sólo hubo un retraso de media hora entre la apertura de las oficinas [el lunes] y la llegada de los impresos, para incluir la fecha de publicación en el BOE». Dice luego que «comprende que haya malestar entre los que no van a recibir la ayuda. Algunos tenían expectativas de cobrar porque han agotado su prestación una semana antes de que entrara en vigor».

Pero esta gente no estaba bien informada. Todas las condiciones fueron aprobadas en un real decreto, y quedaron explícitas en el texto que aprobó el Consejo de Ministros el pasado 13 de agosto. A la cuestión de cuánta gente se ha quedado fuera de las ayudas, .dice Javier Orduña que se están haciendo cálculos erróneos, que hablan de hasta 1,2 millones, que son los que ya no cobran prestaciones menos los que pueden acceder a estas ayudas [340.000].

Es falso. La cifra de desprotegidos que se quedarían fuera por la limitación temporal no alcanza ni la mitad [600.000]. Entre las personas sin protección, muchas tienen una renta superior al 75% del salario mínimo interprofesional, o simplemente no han generado derechos con empleos anteriores. Y sobre esa decisión misma, de que se haya puesto el límite del 1 de agosto, dice el director general que «las leyes tienen una memoria económica». El presupuesto no es ilimitado y eso exige acotar los colectivos a proteger, la duración del programa y la cantidad. Somos conscientes de que damos cobertura a una parte del colectivo de los desempleados desprotegidos. Pero existen otro tipo de circunstancias que cubren las comunidades autónomas. Además, el Consejo de Ministros aprobó la propuesta el jueves.

Las leyes tienen una fecha de entrada en vigor, y se ha hecho un esfuerzo de carácter retroactivo para beneficiar a más personas, desde el 1 de agosto. Si se hubiera retrotraído a julio, los de junio también se hubieran quedado fuera. Quien ya ha terminado ya sus prestaciones, se supone que ha tenido más oportunidades para encontrar trabajo. A pesar de la crisis, el mercado de trabajo genera algunos empleos.

Con toda certeza, las explicaciones del director general del servicio público estatal de empleo no se habrán satisfecho a los excluidos de las nuevas ayudas. «Pero es lo que hay», como suelen decir los políticos sin más alternativas…

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